Carta a los lectores del novela Por el bien del Pueblo
POR EL BIEN DEL PUEBLO (NOVELA)-A los lectores
Vaya esta publicación para los buenos amigos que han seguido la novela en sus apenas dos capítulos publicados, y particularmente para el Doctor David Rubio Montoya, quien se ha tomado la molestia de comentar la publicación tanto en su muro de Facebook como en la página en línea de El Sentido.
A GUISA DE EXPLICACIÓN. No existe un parámetro formalmente definido para la extensión de los capítulos en una novela. Sin embargo, sí existen algunas convenciones al respecto. En el caso de “Por el bien del pueblo”, puesto que se trata de una novela por entregas semanales, la costumbre es ajustar la extensión a cierta brevedad que no desaliente de entrada a los lectores y a la vez permita ir avanzando en la trama, tratando de que cada capítulo pueda leerse con independencia de los demás y quede cerrado, para que si algún lector se incorpora después de la publicación de cierto número de capítulos, sienta que puede seguir la historia a partir de ese punto.
En el texto impreso los lectores gozan del privilegio de avanzar o retroceder a su antojo; en este tipo de publicación no es así: sólo podemos retroceder a lo ya publicado, pero no avanzar, puesto que aún no aparecen los capítulos posteriores.
El manuscrito original de la novela tiene capítulos de más páginas de las que sería prudente publicar en este formato, lo que me obligó a ajustarlos a la convención mencionada dos párrafos atrás. Sin embargo, ciertamente, algunos capítulos (10 para ser exactos) quedaron bastante reducidos, y convengo con los lectores en que esperar una semana para recibir “microdosis” resulta frustrante, para calificarlo diplomáticamente.
Para recuperar su atención y paciencia, les adelanto el índice de la novela. Esto sí puede hacerse sin abusar de la hospitalidad de El Sentido, y les deja un mapa que al menos aporta una posibilidad de predecir desarrollos, en cuyo ejercicio encontrarán desahogos para cubrir las brevedades de los capítulos que así hayan de ser. No me abandonen todavía, que luego del índice les propondré una alternativa quizá más jugosa.
La novela se compone de cuatro partes, con 27 capítulos en total: 14 para la primera parte, 7 para la segunda, 3 para la tercera y 3 también para la cuarta:
PARTE I
1. José Manuel
2. El Padre Chente
3. Luciano
4. Fernando
5. A pensarla
6. Un cura grillo
7. Omar
8. La decisión
9. Ramiro y su gallo
10. Decidido
11. Nabor
12. La misa ya no es “de gallo”, ahora es “de grillo”
13. Una sesión de la izquierda
14. Cada chango a su mecate
PARTE II
15. La olla tapada
16. La elección en el PRI
17. La Convención panista
18. Conflicto interno en el PRI
19. Candidato de la Coalición
20. El candidato del PRI
21. Se registran PAN y Coalición
PARTE III
22. La Coalición en campaña
23. La campaña del PAN
24. La campaña del PRI
PARTE IV
25. Los cierres de campaña
26. Juego sucio
27. La jornada electoral
UNA PROPUESTA. Veamos si haciéndonos cómplices (lectores, El Sentido y autor) encontramos una solución que no abuse de nadie y nos convenga a todos: si El Sentido nos brinda el espacio, cuando los capítulos sean demasiado cortos, pueden publicarse dos en una sola entrega. En dos ocasiones, habrían de publicarse tres capítulos, ya que la novela tiene en dos de sus partes, dos capítulos seguidos de apenas una cuartilla. La complicidad que necesitaríamos de los lectores es la de, en estos casos, leer dos y hasta tres capítulos en una sola entrega. Y como autor mi complicidad consistiría en entregarle a El Sentido los materiales bajo este acuerdo.
Por mi parte, suscribo el compromiso de hacerlo así. A los lectores, suplico hacer saber a la Dirección Editorial de El Sentido si les parece conveniente hacerlo de esta forma, y al El Sentido, le ruego que considere la propuesta.
Como quiera que sea, creo que ya hemos ganado algo todos.
Gracias de nuevo por dedicarle su atención a esta colaboración.
Un abrazo.
Luis Arturo Chavarría Camargo
David Rubio
September 27, 2011 at 12:25 pm
Gracias por la consideración tomada a mi comentario. Definitivamente me parece una buena postura la del autor, ojalá que nuestros buenos amigos de “El Sentido” también lo consideren así y permitan que se le ponga mas “carnita al caldo”.
Saludos afectuosos
Dr. David Rubio Montoya