Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Foto)
María Gabriela González Carrasco, madre soltera y quien está a cargo del cuidado de sus hermanos enfermos y hace algunos años sufrió la pérdida de su hijo mayor abatido por la policía es una mujer que la hecho de padre y madre y ha estado marcada por el sufrimiento, pero siempre ha luchado por salir adelante y se mantiene de las ventas en un puestecito donde ofrece botanas y refrescos.
“A todas las mujeres les deseo mucho éxito, que se llenen de valores y que no esperen a que alguien las valore, porque nosotras valemos mucho para la sociedad y para nosotras mismas”, expresó Gaby González.
La entrevistada es comerciante, vende sodas y botanas. Y es muy risueña y sonríe a pesar de los sufrimientos de la vida.
Mencionó que su negocio básicamente atiende a niños, que son en su mayoría sus clientes, por lo que le da gracias a Dios, ya que estos son más observadores y le preguntan cuando anda triste que por qué anda así.
“Por eso siempre debo andar positiva, feliz, para transmitir esa alegría a los niños que vienen a comprarme aquí a mi carpita (puestecito)”, dijo la entrevistada.
Recuerda el caso de su hijo abatido por la policía en Meoqui cuando robó una camioneta y terminó entre unos sembradíos, señalando que es muy triste y desgarrador, ya que se supone que son las madres las que se van a morir primero que los hijos y en el caso suyo perdió a su vástago, pero su muerte fue provocada por él mismo, ya que “el que mal se porta, mal le va a ir”, dijo sincerándose, subrayando que cada ser humano elige lo que quiere para sí mismo.
“Yo he tenido pérdidas muy grandes, como la muerte de familiares, de sus padres y desde que murió mi madre me hago cargo de mis tres hermanos: uno divorciado, otro que tiene esquizofrenia y un indigente en el sentido de que él sale, pide y vive en una situación muy deplorable y no tenemos los medios necesarios para tenerlos en una situación más decorosa.
Agregó que ella los ve a sus hermanos y sufre y los cuida desde que falleció su mamá el 10 de septiembre del 2001 y son hijos de padres separados.
“Mi mamá se iba a trabajar y mi papá se quedó viviendo con mi abuelita y yo soy quien siempre ha estado a cargo de ellos. Ellos escuchan que a veces me dicen cosas y me faltan al respeto”, mencionó la entrevistada.
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