Delicias, Chih.- Un escritor solo necesita un trozo de papel, una pluma y muchos, e insalvables problemas personales: yo cumplí con estos requisitos iniciales. Los posteriores eran hacerse del instrumental necesario para acometer una obra de arte. Arte, sí, eso es lo que es un libro de literatura, aunque haya sido construido ladrillo a ladrillo, o haya sido inspirado por el gorjeo de los ángeles. Arte que se escribe con suspiros o con bilis negra. Arte que expande los territorios y los acerca al aire de la libertad. Arte como un puñetazo en la carcajeante cara del poder. Arte que cava infiernos para llegar a las nubes. Eso intenté con mis libros.
Así lo expresó el escritor, psiquiatra, pintor y escultor deliciense Alfredo Espinosa Aguirre al presentar su libro ‘Una honda y celeste nada’ en el vestíbulo del Museo del Desierto Chihuahuense y en el que se realizará una exposición temporal de su obra plástica denominada “Toda la vida”.
Alfredo Espinosa regresó a su natal Delicias para mostrar su obra donde señaló: “no veo al arte como un instrumento de la trascendencia o la fama, sino como un excelente vehículo para la felicidad. Vivo en tierras bárbaras, y soy un artista local, esa desafortunada excentricidad, y por eso desistí muy tempranamente de algún tipo de reconocimiento o de pago por los enormes esfuerzos que realizamos los creadores para acercarnos un poco a esa neblina fascinante que es el arte”.
Como glosadores de su libro estuvieron la maestra Mónica Torres Torija, catedrática de tiempo completo de la Facultad de Literatura y Letras de la UACH y el maestro Carlos Gallegos Pérez, escritor, periodista y Cronista del Municipio de Delicias, quienes destacaron la obra de Espinosa Aguirre.
La maestra Mónica Torres resaltó los colores, las formas, las letras de Espinosa, la obra poética de Alfredo Espinosa.
A su vez, el maestro Gallegos Pérez, fiel a su estilo irónico, sarcástico, pero también claro y con sus dotes de historiador y cronista, recordó algunos pasajes y personajes del Delicias en el que vivió el artista Alfredo Espinosa, pero también resaltó el contenido del libro Una honda y celeste nada, así como la obra escultórica y de pintura de Espinosa Aguirre.
Para ambos, el maestro Espinosa tuvo elogios pues se sorprendió de dónde sacaron tanto destacar la obra realizada por el médico en psiquiatría convertido en artista plástico y escritor, que tiene más una veintena de libros.
En el acto estuvo presente el maestro Raúl Manríquez, funcionario de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado quien se encargó de dar la binvenida a los visitantes, pero también destacar la obra literaria de Alfredo y las formas y colores plasmadas en su obra plástica.
Por cierto, luego de la presentación del libro, se llevó a cabo la apertura de la exposición temporal “Toda la vida” en la que Espinosa muestra colores y formas, pinturas y esculturas.
Para amenizar se contó con la participación de la orquesta infantil de Delicias a cargo del profesor César López, el grupo Petite Comité, el tenor Raúl Espinosa y el cantautor Meny Vega Rico.
por Raul Rivas—
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