SI USTED tiene, por algún motivo, necesidad de ir a la presidencia municipal de Meoqui, puede abstenerse de una vez. No hallará ni al alcalde, ni al tesorero, ni al director de obras públicas, porque se fueron a cdmx a respirar smog del bueno. Tanto el edil Ismael Pérez Pavía, como el tesorero Víctor Hugo Velarde Arellanes y el de obras, Daniel Cruz. Repentina y sospechosamente, los tres se fueron sin avisar a nadie a la capital del país, por motivos hasta ahora desconocidos.
Después de la encuerada que les dieron los regidores con el hallazgo de las obras fantasmas, los funcionarios municipales se hicieron ojo de hormiga. No es cualquier cosa, porque son millones los que andan en al aire, a la manera del mago Frank, que desaparece las cosas, pero se le miran en la bolsa. El tema rebotó en el Congreso y causó urticaria, sobretodo por el quemón que le dio Pérez Pavía a El Paisa, pues hizo todas esas tropelías al amparo de su militancia partidista y su relación con el gobernador, según ha dicho, pues confía en la impunidad política.
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