¿La muerte del director general de IZZI, Adolfo Lagos, pudo no haber sido producto de un simple intento de robo de bicicleta, como se ha establecido? Pues aquí está lo que hasta ahora se sabe. Hagan equipos de tres, llamen al criminólogo de su confianza y saquen sus conclusiones.
Cuando se dio el lamentable asesinato de Lagos, las primeras informaciones apuntaron a que éste fue víctima de un intento de robo, en la carretera Tulancingo-Pirámides, en el Estado de México. En el forcejeo con el asaltante, quien intentó despojarlo de una bicicleta con valor de aproximadamente mil pesos, éste habría disparado su arma, provocando una lesión en el tórax del directivo. A lo lejos de la escena, venían acompañando los escoltas, quienes al ver lo sucedido descendieron de sus vehículos para intentar detener al agresor. “Los escoltas, que iban unos metros atrás en una camioneta, bajaron de inmediato y activaron sus armas de fuego; se dio un intercambio de disparos y los dos agresores huyeron por la nopalera” de la cual habían salido, señala el testimonio de uno de los escoltas.
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