México — El Azul enmudeció y se reservó para mejor ocasión la fiesta que ya tenía preparada.
La Máquina Celeste del Cruz Azul no pudo festejar el título en su cancha, pues se topó con un Monterrey con mucho “colmillo”, que liderado por su técnico, Víctor Manuel Vucetich, quien sabe mucho de liguillas y esta vez no fue la excepción, supo dar un manejo adecuado al segundo partido para terminar apropiándose del título del Apertura 2009 del futbol mexicano, con marcador de 1-2 (6-4 en el global).
Los celestes, pues, no pudieron romper el maleficio de los últimos años, donde conducidos por Sergio Markarían y Benjamín Galindo, se habían quedado con las ganas en el Clausura y Apertura 2008.
El encuentro ante unas tribunas teñidas de azul casi en su totalidad, dio comienzo con un público muy animado, que esperaba que su equipo en esta ocasión no los defraudara.
De hecho, al fin obligado por las circunstancias, Cruz Azul comenzó a todo tren el partido y en un tiro de esquina por izquierda, Villaluz mandó un remate que va al palo. Era el primer aviso de la Máquina Celeste, que paulatinamente fue cayendo en el juego defensivo del rival.
Monterrey emparejó rápido las acciones, aunque sin mucho propósito de ir al frente y dejando a Suazo como único hombre en punta.
Los regios sabían bien su objetivo y lo primordial era no dejar que los celestes tuvieran jugadas a modo.
A partir de esto, el campo se tornó muy duro para los cruzazulinos, con cualquier cantidad de faltas por parte de los regios. Lo curioso es que durante los primeros 45 minutos el único amonestado fue un ofensivo de los cemeteros, César Villaluz.
Cruz Azul intentó primero por el centro y aunque luego decidió explotar más las bandas, lo hizo con poca fortuna, pues el rival lo dejaba hacer poco y empleaba el contragolpe como su única arma ofensiva.
En el minuto 13, Ayoví sorprendió con disparo raso cruzado, pero Corona se recostó bien a su izquierda y evitó la caída de su arco.
A partir de esto, de cuando en cuando Monterrey generó peligro en zona celeste, aunque sin demasiada claridad. Eso sí, ni por un momento olvidó su marca pegajosa hacia los tres cuartos de cancha, lo que hacía esperar un poco más de variantes de la Máquina Celeste.
Un riflazo de larga distancia en el minuto 17 por parte de Pinto, rompió por un momento el fuerte marcaje regiomontano. Aunque el portero Orozco alcanzó a tocar y luego la pelota fue a travesaño para abandonar la cancha, el árbitro Rodríguez no decretó tiro de esquina.
En el 19′, cabezazo incómodo de Villa se fue por un lado. El goleador argentino hacía lo posible por deshacerse de sus marcadores, sin mucha fortuna.
Los “olés” por parte de una hinchada desesperada porque su equipo, que venía de un marcador adverso en el Tecnológico, llegaron más pronto de lo previsto, ya que Cruz Azul no era el dominador del encuentro, ni había conseguido gol.
En el 22, tiro de esquina de Chávez y remate fallido de Ortiz a las manos del arquero.
Ya entonces el partido se había tornado un tanto tedioso, con una Máquina que no sabía cómo y un conjunto rayado que hacía lo que fuera por deja consumir el tiempo.
En el 33′, riflazo de media distancia de Ortiz que rechazó el arquero, para que Villa recuperara el balón, se enfilara por la línea de meta y mandara disparo tibio y sin peligro.
En el minuto 41, Ortiz parecía recibir una falta de Basanta afuerita del área chica, pero su clavado no hizo mella en el árbitro, que dejó seguir la jugada.
Ya para irse al descanso, una pelota perdida de Cruz Azul terminó en poder de Aldo de Nigris, que intentó rematar con la testa, pero Corona salió para entorpecer el contacto del regiomontano con el esférico, yéndose así la oportunidad para el conjunto visitante, que hasta pasados los primeros 45 minutos tenía el triunfo en la bolsa por el 4-3 en el marcador de “ida” .
NO LE RESULTÓ A LA MÁQUINA
En la complementaria, nuevamente los cruzazulinos salieron a la cancha con la intención de hacer el esfuerzo y es así como en el 49′ de tiempo corrido, un disparo de Villaluz fue bien tapado por Basanta, en una buena oportunidad de los celestes.
Sin embargo, en una jugada inesperada del Monterrey, en el minuto 54, Suazo se avivó y mandó un centro para que Aldo de Nigris llegara con todo y empujara la pelota al fondo de las redes.
Era la anotación que hacía saltar en el banquillo a Vucetich, que aseguraba el título para su equipo y que al mismo tiempo caía como un balde de agua fría para el Cruz Azul, que hasta el momento no había sido capaz de encontrar las variantes que pudieran desestabilizar el buen parado de los regios.
Entonces, Enrique Meza decidió arriesgar, como ya se le viene haciendo costumbre en los momentos de apremio de su escuadra, mandando al Chuletita Orozco al campo de juego por Ortiz, al que el timonel cruzazulino se ha empecinado en utilizar como titular pese a que le ha dado pocos dividendos.
Asimismo, en el 58′ el Ojitos se la juega otra vez al sacar al central Domínguez y meter a Emilio Hernández, otro ofensivo del que el técnico en ese momento que parecía esfumársele el campeonato, esperaba mucho.
El partido en los segundos 45 minutos lució más movido, ya que ahora sí Monterrey quería asegurar el cetro.
El colmillo bien retorcido de Víctor Manuel Vucetich salió a relucir en todo su esplendor, prestándole un poco más la pelota al rival, pero sin dejar de presionar en su área y generando arribos muy dosificados a la meta cruzazulina.
Y un cambio más por parte de los cementeros; esta vez fue Alejandro Castro el que incursiona al terreno de juego para que fuera Villaluz el sacrificado.
En el 75, el Chupete mandó un disparo que por poco sorprende otra vez a Corona, quien alcanzó a meter un manotazo derecho y mandó hacia fuera.
Sin embargo, el ánimo de los celestes estaba lejos de decaer y con alma y corazón, en el minuto 77 vino un tiro de esquina por derecha para que Castro mandara firme testarazo y el balón se introduciera por el costado derecho del portero Orozco, lo que igualaba las cosas a un gol en el Azul .
Así que otra vez le daba resultado el cambio a Enrique Meza y Cruz Azul seguía en la jugada, estando a solamente un tanto para emparejar las cosas con su adversario.
Esto, como también ya se venía haciendo costumbre, enloqueció a su fanaticada y le puso dramatismo al partido.
Sin embargo, al Cruz Azul poco a poco le ganó la presión y erró en todo lo que a partir de ese momento siguió intentando.
En el 81′, un remate sorpresivo de Javier Orozco se fue por un costado de la meta del guardavalla regio.
Casi en ese momento, Vucetich decidió saca al Jerry Galindo y meter a Baloy, pues no quería ninguna sorpresa, sino asegurar como fuera el marcador.
Asimismo, para no errar, en el minuto 87 dio salida a Aldo de Nigris, su mejor goleador en la liguilla hasta ese momento, para dar cabida en el cotejo al defensor Zavala.
Y, no cabe duda que el experimentado técnico de Rayados tenía la verdad en sus manos, pues jugando sin mucha ambición, su equipo lograría de esta manera embolsarse el tercer título de liga en su historia, cuando Suazo aprovechó una mala salida de Corona y disparó al arco de los celestes para asegurar la victoria y dejar nuevamente en la orilla a los cruzazulinos.
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