Los actos de intolerancia por parte de Carmen Aristegui, la falta de ética al comprometer a la empresa que la contrató y para la cual trabajaba, son los principales motivos por los cuales MVS prescindió de los trabajos de la comunicadora, no la censura como ella y sus colaboradores han querido retratar.
Su despido se debió a un asunto empresarial, en el que los dueños de a empresa quisieron poner reglas en su propiedad, la periodista fue soberbia y no quiso llegar a un acuerdo.
Jamás se le coartó la libertad de expresión, ella realizaba todo tipo de críticas hacia el gobierno y temas relacionados.
Carmen habló siempre de lo que quiso, nadie le dijo con quién no meterse.
La renuncia le fue pedida porque usaba la marca de MVS como si fuera su propiedad, cuando era una conductora más.
La nómina de Carmen Aristegui ascendía a millón 200 mil pesos mensuales, libres de recargos, ella pagaba con ese monto a parte de su equipo, la otra lo pagaba directamente MVS. Luego de hacer asociaciones con terceros, como fue el caso, cualquier dueño se puede dar por aludido si un empleado usa para su provecho personal el nombre de la empresa.
Aristegui decidió que decide ser parte de Mexicoleaks y utilizó el nombre de MVS sin permiso, lo que molestó a los hermanos Vargas, dueños de la estación.
El reportaje sobre la “casa blanca” lo hizo el equipo de reporteros especiales de MVS, pero nunca se transmitió por la estación. El reportaje realizado con periodistas pagados por MVS, lo entregó en exclusiva a Proceso y a su portal de noticias.
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