Los zimbabuenses festejaron este martes con bocinazos y alegría en las calles de Harare la noticia de la renuncia del presidente Robert Mugabe luego de 37 años en el poder.
La renuncia pone fin a una semana de crecientes presiones sobre el expresidente de 93 años, temido por muchos ciudadanos que vivieron bajo su orden represivo.
“Estamos sólo muy contentos que las cosas estén por cambiar”, dijo a la AFP Togo Ndhlalambi, un peluquero de 32 años.
“Nos levantábamos cada mañana esperando este día. Este país vivió tiempos difíciles”, añadió.
Luego de una semana de incertidumbre política, los zimbabuenses reaccionaron con alegría.
“Estoy tan contenta que Mugabe se haya ido, 37 años bajo su dictadura no es una broma”, dijo Tinashe Chakanetsa, de 18 años.
“Tengo esperanza por un nuevo Zimbabue dirigido por el pueblo y no por una persona”, dijo.
Multitud de gente acudió al Parlamento minutos después del anuncio.
“Es increíble, ese hombre era poderoso, muy poderoso”, dijo Barber Wright Chirombe, que se sumó a la multitud eufórica que festejaba en las calles.
En el Parlamento, en donde se leyó la misiva con la renuncia del presidente, un cuadro con la foto de Mugabe fue arrancado de una pared y destrozado por un grupo de personas.
Los hombres bailaban y las mujeres cantaban, muchos con lágrimas de alegría agitando banderas nacionales y felicitando al general Constantino Chiwenga, que lideró el golpe militar.
“Fuimos reducidos a personas sin valor bajo Mugabe”, dijo Yeukai Magwari, de 33 años, un vendedor que bailaba con un grupo de gente vestida con uniformes de empleados domésticos en Avondale, un barrio de la capital.
“De ahora en adelante no queremos ver más a las personas mayores durmiendo en filas fuera de los bancos, y a la gente reducida a la indigencia al terminar la universidad”, agregó.
Tendai Chaitezvi, de 29 años, empleado de banco, celebraba con amigos la noticia en un bar.
“La situación en el país dirigido por este hombre era dura”, dijo. “Muchos de nuestros amigos se fueron al exterior para buscar trabajo y se preguntan cómo hacemos para sobrevivir aquí”, añadió.
“De repente hay optimismo. Hoy comienza la esperanza de que las cosas vuelvan a la normalidad”.
Leah Macharaga, de 37 años, nació en 1980, el mismo año en que Mugabe llegó al poder. “Odio a ese hombre”, dijo.
Modesta Macharaga, de 35 años dijo a la AFP: “Estoy contenta (…). Ahora esperamos un futuro mejor para nuestro país en lugar de lo que vivimos bajo Mugabe”.
Últimos comentarios