Varados en las implacables extensiones del desierto del Sahara, en Níger, docenas de personas, la mayoría mujeres y niños, murieron de sed lentamente, luego de que los vehículos en que viajaban se descompusieron.
Los inmigrantes intentaban llegar Argelia, informó la organización no gubernamental Azaoua Mahaman, este jueves.
Murieron de deshidratación, incapaces de escapar de los arenales. Cuando los encontraron, muchos cuerpos estaban severamente descompuestos y parecían haber sido parcialmente comidos por animales.
Su intención era encontrar una vida mejor en Argelia al escapar de la extrema pobreza en Níger, de acuerdo con Mahaman.
Esta historia es la más reciente tragedia que le ocurre a migrantes que tratan de dejar atrás su lamentable existencia.
La vida para los 16 millones de habitantes de Níger no es fácil. Su población es una de las de mayor crecimiento en el mundo y lo hace en medio de inestabilidad política y desastres naturales, de acuerdo con el Banco Mundial.
Sequías, inundaciones y una plaga de langostas han contribuido a la inseguridad crónica de la población, junto con la pobreza.
El país es el penúltimo lugar en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, y su ingreso percápita anual es de solo 360 dólares al año.
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