Dice un viejo proverbio: “Cuando estás arriba, tus amigos saben quién eres…… cuando estás abajo, tú sabes quienes son realmente tus amigos…” Aquí una prueba de ello, de como la vida es una rueda de la fortuna, podemos estar en la cima, pero de pronto caer.
SALVADOR CABAÑAS, el gran futbolista, después de estar en la cima del deporte en nuestro país y en el suyo, ahora ha perdido todo por causa del terrible acontecimiento, en el que una bala sesgó su carrera y por poco su vida.
La fama es así, pasajera. En menos de lo que te imaginas, la gente que dice amarte, en este caso esposa y aficionados del América, te olvidan y adoptan a un nuevo ídolo.
Profesionalmente, su equipo, al que le generó millones en dinero, y también en pasiones, le dieron la espalda. Dice SALVADOR CABAÑAS, que prometieron una indemnización, la que nunca llegó. Su abogado y representante, lograron quitarle residencia y demás a base de engaños. La esposa vive en la mansión que él compró en su país natal. Aún la gente de su país lo reconoce cuando sale a repartir su producto. Él, ahora se gana la vida en la panadería de sus padres. Esos, los que nunca lo han abandonado ni lo harán.
Se le reconoce su coraje para salir de la situación en la que lo dejó una bala en su cabeza, superar las traiciones y falta de apoyo de su amado equipo y afición, y su frase que no deja de repetir: “voy a salir a adelante”.
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