Lleva juguetes Luis Aguilar a niños pobres de Camargo
Camargo, Chih.– “Es imposible no agradecer todos los días, las bendiciones que nuestro Señor ha derramado sobre mi familia. Sin duda, mi esposa Maribel, mi hija Isabella y mis hijos Luis y Mateo, son lo más valioso que tengo en esta vida. Y, algo que agradezco también, es saber que cuento con ellos siempre, hasta en las locuras que de pronto como padres, se nos cruzan por la mente.
Días atrás, platicando durante una tarde con ellos, les comenté que tenía la idea de visitar a un par de los sectores más humildes y los albergues de Camargo, e intentar llevar una pequeña ayuda a las personas que viven allí. Mi primer pensamiento, dado a los días tan fríos y las bajas temperaturas que hemos padecido, fue llevarles cobijas y ropa de invierno. Como adultos, la mayoría de las veces nuestras prioridades son muy simples, sin embargo al contarles esta idea, surgió también la propuesta de llevar juguetes, para las niñas y niños de estas familias. Y así, sin más, nos dimos a la tarea de recabar las cosas que llevaríamos y me llena de alegría que, sin tener que decirles nada, decidieran acompañarme en ello.
Acciones como esta, me llenan de orgullo como padre y a la vez, me comprometen a seguir esforzándome día a día para que, de la mano de Maribel, sigamos inculcando estos valores a nuestros hijos y que en un futuro, sean hombres y mujeres de bien, que nunca olviden que debemos estar siempre atentos, para poder ayudar no solo al que más lo necesita, sino a cualquier persona que requiera un pequeño empujón, para seguir adelante en su vida.
Esta época decembrina sin lugar a dudas, es una época de paz, armonía y felicidad. Y en ocasiones, por el ritmo de vida y por la misma emoción de las fechas, de ver a la familia que está fuera, de convivir con quienes amamos, dejamos de lado algo muy importante: compartir. Es por eso que quise compartir esta experiencia familiar con todos ustedes, no para recibir aplausos y elogios, sino para recordarles que todos tenemos cerca a alguien, un familiar, un amigo, un vecino, que puede necesitar de nuestra ayuda. Y si nuestras familias han sido tan bendecidas, debemos de ser nosotros mismos instrumentos para que estas bendiciones, lleguen a más personas.
Vayamos al encuentro de quienes menos tienen, organicémonos con nuestra familia o nuestras amigas y amigos, y llevémosle un poco de alegría, una palabra de aliento, un plato de comida a quien en verdad lo necesita. No olvidemos el sentido de la Navidad, y el milagro que festejamos en este día.
Mis mejores deseos y espero de todo corazón que estas fiestas, Dios llene de bendiciones a sus familias y puedan disfrutar en compañía de sus seres queridos, tan maravillosa época.
¡Felices fiestas!”
Cortesia Camargo al dia
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