Un extrano juego llamado beisbol… por Carlos Gallegos
En estos dias en que la region centro sur de Chihuahua ratifica su historica vocacion beisbolera, en que todos nos sentimos managers, ampayers, estrategas, jugadores, es oportuno un retro hacia aquellos tiempos.

Hacia aquellos tiempos en que en La Cruz, la tierra del gran Oscar Soto, la Comision Nacional de Irrigacion, que trazaba el Canal Principal desde el pie de Boquilla hacia el norte prometedor, formo un trabuco beisbolero que compitio exitosamente con equipos muy hechos como Camargo, Santa Barbara y Parral.
Fue ahi, en la Hacienda de las Garzas, solar nativo del general Manuel Ojinaga, ex Gobernador del Estado y heroe de la patria durante la intervencion francesa, enmedio de la febril actividad de miles de afanosas manos empenadas en irrigar la comarca, que en un cuadro de tierra pintado con cal ranchera, broto el Rey de los Deportes, como dicen que lo motejo el increible Albert Einstein.
Ahi se dieron los primeros batazos,se atraparon las primeras rolas,cayeron los primeros outs y donde los primeros fanaticos gozaron la rapidez fulminea de aquel extrano y casi desconocido juego del que tan pocas referencias se tenian.
Sacudiendose el polvo de la ruda faena a cielo abierto, bajo el solon del verano, sin defensa ante el crudo invierno, sin spikes ni gorra, solo con su sombrero de paja ladeado por los vientos que cubrian sus sudorosas cabezas, los jugadores asombraban y emocionaban a su escaso publico, compuesto por sus mismos compas de trabajo.
Algunos de los asistentes, los de mas mundo, le encontraban ciertas semejanzas con el criquet, deporte muy popular en Inglaterra, donde hacia menos de 20 anios habia nacido Chabela, cuyo reciente deceso nos trae bocabajiados.
Otros, llegados de Estados Unidos, eran mas precisos: no, decian, no es criquet, tampoco rounder, disciplina deportiva practicada en comunidades rurales gringas.
Se trata de beisbol,un pasatiempo muy extendido en el noroeste gabacho, en ciudades como Nueva York, Boston y Filadelfia.
Un ingeniero muy letrado abundo muy docto: ” Este juejo data de los primeros dias de la civilizacion, de las culturas griega, persa y egipcia”.
Asi aleccionados, la naciente fanaticada se sentaba a dos nalgas sobre el pedregoso suelo a gozar del novedoso espectaculo en vivo, que ademas de emocionarla la relajaba de la tremenda carrilla diaria.
Les sosegaba el alma.
Y miren en lo que evolucion aquello jugado entre espinas, viboras y guamis: en una religion deportiva que nos emociona y nos sosiega el alma.
Play bol!
Credito: Lic. Carlos Gallegos Perez, Cronista de Delicias.
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