—Por Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Fotos)—
Delicias.- Una mujer, con tres hijos, debido a la crisis económica que se vive hoy en día y a falta de oportunidades de trabajo, se dedica a lustrar calzado en una banca del centro de la ciudad para contribuir en el gasto familiar. Al principio sentía un poco de vergüenza, y nervios, al grado de manchar algunos calcetines, pero a lo largo de cinco meses ha perdido el miedo y poco a poco se ha hecho todo una experta.
Carmen Alicia Sauceda, con cinco meses boleando, lustrando calzado, se dijo esposa del bolero y que se aventó a bolear más que todo por la necesidad económica de su familia, pues tiene tres hijos de 12, 10 y 6 años de edad.
“Me gustó bolear, al principio les pintaba un poquito los calcetines a los clientes, pero ya le empecé a agarrar la movida y ya se pintar botas, cambiarles de color y pintar chamarras”, dice orgullosa a este reportero.
Agrega que también ha pintado maletinesy hasta ahorita no se le ha hecho difícil, aunque “lo más pesadito es dejar a mis hijos con mis papás o con una hermana, pues me la paso casi todo el día acá ayudándole a mi esposo”, menciona Carmen.
Reconoce que al principio si le daba vergüenza bolear pero en unas dos semanas se le quitó.
Y nos cuenta que al principio los hombres que van a bolearse se le quedaban mirando de una manera como preguntándose “¿Y esta qué onda?”, pero ella les decía: “Si no quieren que los bolee, espere a que llegue mi esposo” y poco a poco le han ido tomando confianza los clientes y ella a su trabajo.
“Mira en algo tenía que trabajar de manera honrada. Mi esposo y yo vendemos Bon Ice, dulces y boleamos para completar el gasto familiar. Y lo más importante es que trabajamos de manera honrada, que al fin de cuentas es lo que más satisfacción te da”, concluyó esta joven bolera.
jesusaguirre25@hotmail.com.
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