Buenas expectativas impulsan la IED
A pesar de que en el primer trimestre del año vimos un comportamiento débil de la economía debido a factores estacionales atípicos, no se perciben riesgos de que pueda haber un nuevo período recesivo como algunas opiniones lo sugirieron.
De hecho, la percepción de la mayoría de los agentes económicos es optimista, ya que considera que en la segunda mitad del año, una vez que todos esos efectos se vayan diluyendo, la economía en su conjunto tendrá un mejor desempeño, que se irá fortaleciendo para que en el 2014 ya se observen tasas de crecimiento, incluso por arriba de 4.0%, que podrían comenzar a verse a finales de este año.
La estabilidad macroeconómica que ha logrado y fortalecido el país en los años recientes, además de los beneficios generados por algunas reformas que poco a poco se han ido materializado y las perspectivas favorables de que se concreten las que están actualmente en análisis y prontas a discutirse en el Congreso, han fortalecido un ambiente de confianza que se ha convertido en un atractivo importante para los inversionistas.
Sin duda, este entorno será fundamental para el cumplimiento del objetivo de alcanzar niveles de inversión superiores al 25% del PIB de tal manera que esto estimule un ritmo de crecimiento económico superior a 5% de manera sostenida, lo cual redundaría directamente en beneficio de la población al poder generar más empleos mejor remunerados.
La mejor percepción de los inversionistas se refleja en los resultados que recientemente dio a
conocer la consultora ATKearney sobre su estudio anual del Índice de Confianza de Inversión
Extranjera Directa 2013, en el cual señala que México regresó al “Top Ten” de los países más
atractivos para invertir, al ocupar el noveno lugar del ranking de los 28 países considerados en el
sondeo.
Es importante tener en cuenta que las buenas expectativas para México se basan principalmente en la aprobación de los cambios estructurales, por lo que de no lograr avances significativos en esta materia, podría correrse el riesgo de perder el atractivo y volver a caer en la tabla de posiciones como destino de la inversión extranjera directa.
Hasta ahora las cifras muestran buenos resultados. De acuerdo con el Banco de México, en el primer trimestre del año, la inversión extranjera directa fue de 4,988 millones de dólares, cifra superior en casi 420 millones de dólares al resultado del mismo lapso del año pasado.
Ahora la pregunta más importante es: ¿Y los empresarios y los gobiernos que vamos a hacer para que en nuestra región se reflejen y aterricen estas oportunidades?
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