––Por Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Fotos)––
Delicias.- Antonio Enríquez Martínez, de Sastrería “La Escondida”, con 28 años en el negocio y contando con 55 de edad, dejó de existir por una bronco aspiración y ahora dos de sus hijos siguen con el negocio habiendo recibido el legado de su padre, a quien recuerdan como “una persona muy seria, responsable, gracioso, y muy bromista”, quien a su vez se decía que era un “todólogo”, pues no había trabajo al que le sacara la vuelta.
El reconocido sastre del Mercado Morelos, nacido en Meoqui el 17 de enero de 1958, pero registrado en Delicias, duró ahí en su negocio 28 años, y ocupó el local 4 D.
Estuvo casado con la señora María Antonio Téllez Navarrete, con quien procreó seis hijos, tres varones y tres mujeres, habiendo seguido el oficio de sastre su hijo mayor Albero, de 34 años de edad y 21 en el oficio y Héctor de 21 y con 2 y medio como sastre.
Héctor, de 21 años, dijo recordar a su padre como una persona seria, responsable, graciosa y muy bromista.
El consejo que siempre su padre le dio es que saliera adelante pasara lo que pasara y que aprendiera cosas nuevas cada día.
Dijo que su padre murió dormido y que le avisaron y se fue a la casa, diciéndole que se había ahogado, pero ya nada se pudo hacer.
Agrega que a don Antonio su padre el sastre, siempre quiso que lo recordaran como lo que era. Le gustaba tocar la guitarra, ir al campo en familia.
Contaba don Antonio, quien heredó el oficio de su señor padre, con muchos clientes, señala su hijo Héctor, y les hacía trabajos a las escuelas, a quienes les fabricaba los uniformes de las bandas de guerra.
Así tenemos que elaboró uniformes de banda de guerra al CBTa No. 2, al TAE, Pedagógico y también hacía gabardinas y sacos. jesusaguirre25@hotmail.com
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