—Por Jesús C. Aguirre Maldonado (Texto y Fotos)—
Delicias.- Con un pañuelo cubriéndole el rostro, como si le diera vergüenza, Arnulfo Cruz Santillán, es un joven juarense migrante, de los tantos que trabajan en los cruceros ganándose la vida honradamente por unas cuantas monedas y que luchan incansablemente por alcanzar mejores condiciones de vida. Él realiza malabarismos para llevar el sustento diario a su casa, pues a pesar de su juventud ya tiene su esposa y una niña a quien mantener.
Procedente de Ciudad Juárez, concretamente de la colonia San Francisco, donde radica, este joven comenta que en realidad no tiene empleo y como su mujer y su niña viajan con él, pues de alguna manera tiene que sacar para el gasto y gracias a Dios desde hace dos años aprendió a hacer malabarismos en su tiempo libre.
Hoy en Delicias, instalado en la entrada sur de la ciudad en el crucero que forman el bulevar Óscar Flores y calle 9ª norte, donde realiza su trabajo, disputándose el lugar con otros vendedores de chicles o limpia parabrisas, espera el cambio de luces y que el semáforo se ponga en rojo, para realizar su espectáculo callejero, para luego sorteando los peligros y “toreando” a los vehículos ir en pos de una moneda de algún que otro automovilista bondadoso.
“En realidad no tengo trabajo. Tengo cuatro días sin empleo y véame aquí realizando estos malabares buscando hacer unas monedas para llevarlas a mi mujer y mi hija”, menciona Arnulfo Cruz Santillán.
Últimos comentarios