2018 ¿año histórico?…por Aída María Holguín
-FRASEARIO-
Llegó el 2018, y con el solo hecho de haber iniciado, ya es histórico. Al menos en materia electoral, ya lo es.
Como ya se mencionó la semana pasada en este mismo espacio de análisis y reflexión, este año culminará el proceso electoral más grande de en la historia democrática de México. Un proceso sin precedentes en el que, además de las elecciones federales (Presidencia de la República, Senadores y Diputados), habrá elecciones locales en 30 entidades.
Se trata de un proceso histórico en el que, de acuerdo con datos publicados en el portal del Instituto Nacional Electoral, se renovarán (a nivel local y federal) más de 3,400 cargos de elección popular; o sea, aproximadamente el 80 por ciento de la composición política del país. En consecuencia, y no obstante que la Cámara de Diputados hizo un recorte al INE al aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2018, estas también serán las elecciones más costosas de toda la historia.
Por otra parte, pero en el mismo sentido, 2018 será un año histórico por la cantidad de publicidad electoral con la que los mexicanos serán bombardeados. Y como siempre, seguramente veremos rostros que nos miran sonrientes desde enormes carteleras, escucharemos y leeremos mensajes huecos que nos dicen todo -menos lo que nos interesa a los ciudadanos-, y soportaremos sesiones maratónicas de avisos (spots) electorales. Tan solo en radio y televisión, serán transmitidos casi 60 millones de spots, mismos que –aproximadamente- sumarán 497 mil 760 horas de publicidad electoral.
Queda claro pues, que el 2018 es ya un año histórico; sin embargo, la historicidad debe ir más allá de la magnitud del proceso electoral o del proceso electoral por sí solo.
Lo relevantemente histórico, sería lograr que el abstencionismo y la votación nula no sean los factores que, como suele suceder, definan a los ganadores de las contiendas electorales. Lo realmente histórico, sería que todos los electores acudan a las urnas a emitir el voto razonado; es decir, que antes de actuar (tomar decisiones) se auxilien con a la memoria histórica para que, al relacionar hechos del pasado con sucesos del presente, tomen la mejor decisión.
Lo verdaderamente histórico, sería que el pueblo mexicano haga a un lado la indiferencia, la decepción, el conformismo o la desconfianza y, de una vez por todas, entienda y comprenda que la participación ciudadana responsable es indispensable para incidir eficazmente en la gobernabilidad y para lograr la buena gobernanza.
Entonces, para lograr que este 2018 sea realmente histórico, es necesario saber (o recordar) lo establecido en el artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste”.
Con todo lo expuesto en los párrafos anteriores, es indudable que el 2018 ya es un año histórico; no obstante, el final de la historia aún no está escrito.
En esta ocasión, finalizo citando lo dicho alguna vez por el novelista, poeta y dramaturgo español, Miguel de Cervantes: “La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia de lo por venir”.
Aída María Holguín Baeza
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