8 de marzo: menos felicitaciones y más acciones…por Aída María Holguín
Como cada año -desde 1975- el 8 de marzo es una fecha en la que en muchos países del mundo se unen -simbólicamente- para conmemora el Día Internacional de la Mujer.
De acuerdo a la ONU, este día se instituyó -entre otras cosas- para reconocer a las mujeres como artífices de la historia, y para recordar décadas de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
Como ya es costumbre, al acercarse el 8 de marzo comienzan a circular -a diestra y siniestra- mensajes de texto, imágenes y videos felicitando a las mujeres por tan grande acontecimiento. Por eso, y ante dichas muestras de afecto, las mujeres no dejamos de agradecer la intención de las mismas; sin embargo, es necesario -como cada año- volver a decir que hay una gran diferencia entre “conmemorar” y “festejar”.
En ese sentido, resulta lamentable que todavía haya quienes no saben la causa, motivo, razón o circunstancia por la cual están “festejando”; es decir, no saben que el 8 de marzo no es propiamente una fecha para festejar, y mucho menos por el sólo hecho de que una persona sea del sexo femenino.
En fin, más de 100 años han pasado desde que inició la lucha para para mejorar la condición de las mujeres como elemento clave del desarrollo integral de la sociedad, y es hora de que en México sigue siendo una asignatura pendiente.
El tema de la equidad y la igualdad de género es una tarea de todos y es gracias a muchos hombres y mujeres que -por convicción- no han quitado el dedo del renglón por lo que ha habido avances; el “detalle” es que mientras que los responsables de llevar a la práctica las respectivas políticas públicas no asuman un verdadero compromiso, el retroceso será mucho mayor que los avances.
Y es que este asunto de la igualdad, la equidad y el empoderamiento de las mujeres, requiere de menos felicitaciones y de más acciones concretas y congruentes que permitan que la teoría se lleve efectivamente a la práctica, cosa que no ha sucedido del todo. Peor aún, es que el desprecio y violencia hacia las mujeres se haya institucionalizado.
Tal es el caso de lo sucede en el estado de Chihuahua. Se trata la denuncia pública que -durante su último informe de actividades- hiciera Emma Saldaña Lobera, directora del Instituto Chihuahuense de la Mujer (Ichmujer), señalando la violencia institucional que sufren las mujeres, y cuestionando a Gabriel Sepúlveda Reyes, presidente del Tribunal Superior de Justicia, por mantener ahí a Filiberto Terrazas Pacheco, acusado de violencia familiar. En esa misma ocasión, salió a relucir otra denuncia: los malos tratos que la Sra. Saldaña recibió por parte de José Luis García, secretario de Desarrollo Social del Gobierno de Estado.
Ambas denuncias evidenciaron la violencia institucional que se ejerce en Chihuahua, situación que fue dada a conocer -en un una nota periodística- por Patricia Mayorga Ordóñez, actual corresponsal de la revista Proceso” y de El Diario de Juárez”, y quien tiene una probada trayectoria como reportera de investigación en diferentes medios como El Heraldo de Chihuahua y Omnia.
Luego de que -a través de las redes sociales (medio que no puede controlar el gobierno)- comenzara a difundirse la nota publicada por la revista Proceso (autoría de Paty Mayorga), casi de inmediato tuvo que enfrentar a una campaña de desprestigio y hostigamiento en su contra que inició con una “nota” de La Opción, y que con el paso de los días se ha extendido vía Facebook a través de perfiles evidentemente falsos que -sin duda alguna- tienen la consigna de desestimar la labor periodística de Patricia Mayorga.
Ante tales hechos, no han sido pocos los activistas y defensores de los derechos humanos, y los periodistas (de diversas entidades del país y el extranjero) que se han manifestado para emitir una Alerta por la violencia institucional que ahora ha puesto en riesgo la integridad física y moral de una de las más respetadas (y contadas) periodistas de investigación que hay en Chihuahua.
En ese contexto, y en pleno marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, lo menos que se puede esperar, es que las autoridades hagan lo correspondiente para que a la brevedad se tomen las medidas correspondientes para que la violencia no se siga institucionalizando.
Esta ocasión finalizo con lo dicho alguna vez por la escritora y activista española, Concepción Arenal: “La sociedad no puede -en justicia- prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano.
Aída María Holguín Baeza
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