¡Al diablo la autonomÃa!…por AÃda MarÃa HolguÃn
-FRASEARIO-
Han pasado 14 años desde que Andrés Manuel López Obrador comenzó a elucubrar la conveniencia de mandar de diablo las instituciones. Hoy, ese planteamiento del pasado es una realidad que poco a poco, y a costa de lo que sea y de quien sea, ha ido concretando.
Asà es. La vieja y conocida frase “¡Al diablo sus instituciones!†es un hecho en proceso que comenzó a desarrollarse formalmente casi desde mismo momento en el que López Obrador se supo ganador de la pasada contienda presidencial. Luego, al llegar a la presidencia, puso a en marcha su proyecto destructivo (el INEE fue su primera vÃctima) pero en ese entonces no se visualizaba hasta dónde llegarÃa su obstinación, ni el porqué de su necedad.
Ahora queda claro que el “inconveniente†está en la autonomÃa (técnica, operativa y de gestión) constitucional de la que gozan ciertos entes públicos; misma que, acompañada una personalidad jurÃdica propia y su especialización en distintos campos, habilita su independencia informativa (distinta a los “otros datosâ€) y en la toma de decisiones. CaracterÃsticas, atribuciones y funciones que sirven como contrapeso en las decisiones y acciones que acontecen en los tres poderes tradicionales del Estado (cosa que, por supuesto, no le agrada al presidente).
Es cierto que en noviembre del año pasado el presidente López Obrador “aclaró†que no buscaba la desaparición de órganos constitucionales autónomos; sin embargo, no ha dejado (desde el inicio de su sexenio) de mofarse, desacreditar, deslegitimar o descalificar a estos organismos. Asà lo hizo con el INEE, con el INE, con el CONEVAL, con el INAI, con el TEPJF y con la CNDH (hasta que logró imponer como titular a una de sus incondicionales).
Fue precisamente a raÃz de eso que el presidente tuvo que “aclarar†que su gobierno no busca la desaparición de dichos órganos pero, contradictoriamente, a principios de este mes su amigo (coordinador de los senadores de Morena) Ricardo Monreal propuso la desaparición del IFT, de la COFECE y de la CRE; y la semana pasada el propio presidente sugirió desaparecer el CONAPRED y posteriormente cuestionó la existencia del SIPINNA. Luego, hace un par de dÃas, el mismo presidente dijo que analizará la desaparición de más de 100 organismos autónomos porque, según él, “la gente ni siquiera sabe que existen porque nunca hicieron nada en favor del pueblo†y porque hay que “ir ajustando el gobierno a la nueva realidadâ€.
Es asà como del ¡Al diablo las instituciones!, AMLO ha pasado al ¡Al diablo la autonomÃa!, y la única realidad es que no quiere organismos constitucionalmente autónomos porque -evidentemente- no están favoreciendo sus intereses personales ni sus ambiciones de poder.
En esta ocasión, concluyo parafraseando lo dicho alguna vez por Adolfo Suárez, figura clave de la transición democrática de España: su rechazo (el de AMLO) a la autonomÃa no puede convertirse en un vehÃculo de exacerbación nacionalista, ni mucho menos debe utilizarse como palanca para crear un nacionalismo particularista.
AÃda MarÃa HolguÃn Baeza
laecita@gmail.com
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