Encarrerados con este tema, ya no sabe uno qué creerle, y qué no, al Presidente de México.
Hace unos días, el Washington Post publicó un artículo donde se señala que Donlad Trump ha hecho más de 10 mil afirmaciones falsas o engañosas.1 Yo no sé hay quien le lleve la cuenta al cabeza de borrega, pero no canta mal las rancheras. En efecto, existen mentiras, mentirotas y las que cuenta López Obrador; si hace un tiempo había que esperar semanas, si acaso dos o tres días, para darse cuenta de que sus dichos son puros inventos; ahora ya no hace falta esperar tanto porque es cuestión de minutos.
En “La Mañanera” del pasado 24 de abril, hablando de su tema predilecto, la corrupción de sus antecesores (a los que no piensa perseguir), dijo (minuto 31.30) “El ser humano no es malo por naturaleza, es producto de circunstancias. Si un joven no tiene tutela porque se desintegraron las familias por la crisis, si tiene que quedarse a la buena de Dios, si no tiene opciones de trabajo, de estudio (…) con todas esas cosas cómo no van a caer en la tentación de tomar el camino a las conductas antisociales”. Ajá. Exactamente 57 minutos más tarde (minuto 88.00), afirmó rotundo: “Los jóvenes y los ciudadanos son mayores de edad, siempre se les ha querido tutelar, siempre se busca reglamentar lo que se les entrega, como si fuesen irresponsables, como si no actuaran racionalmente, hay esa tendencia”.2
¿En qué quedamos, “Chato”? ¿Los jóvenes necesitan tutela para no caer en la tentación? ¿O no la necesitan porque son mayores de edad, responsables y racionales?
Respecto del NAIM, ¡Ay, el NAIM!, ese no parece vals; parece polka. Hace un año, el entonces candidato pejedaleaba la bicicleta de su campaña; con historieta y toda la cosa, AMLO explicaba que estaba en contra del nuevo aeropuerto, entre otras razones, porque la obra generara corrupción.3 Nueve meses más tarde dijo que no; que no se habían dado pruebas de corrupción;4 tres meses después, el titular de la SCT, Javier Jiménez Espriú, afirmó eso mismo; dijo del proyecto “no se tomó como consideración un hecho probable de corrupción o de mal uso de los recursos”; sin embargo, por segunda ocasión en una semana, el cabeza de estopa “contradijo la información presentada por integrantes de su administración”.5 Así el asunto, ¿a cuál AMLO le creemos?
Para seguirle con el mismo vals con aires de polka, en octubre del 2018 se calculaba que la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía costaría poco más de 70 mil millones de pesos; menos de seis meses después, porque sí vieron un lago seco pero no un méndigo cerro que vería un ciego, el monto original aumentó casi 8 mil 500 millones, más o menos.6
En esas estábamos, pelando los ojitos, cuando llegó, como balde a agua helada, la noticia de que Santa Lucía tendrá un costo total de 172 mil millones de pesos, cifra superior a los 168 mil 880 proyectados para el NAIM.8
Con este gobierno de pacotilla, estamos como aprendiendo a bailar vals al son de un cangrejo con distrofia muscular: “un, dos tres; un, dos, tres”: un pasito p’a delante y dos pasotes para atrás.
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Luis Villegas Montes.
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