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Una amnesia estratégica (IV parte)…Por Luis Villegas

Respecto de la corrupción, en su obra anterior y sin perjuicio de su biografía personal, refiriéndose a la gestión de su sucesor y del Presidente Vicente Fox, el esternocleidomastoideo afirma: “El sector público dejó de ser lugar de compromiso y trabajo a favor de los demás. Se promovió un ambiente en beneficio del individualismo posesivo, en el cual sólo se trabaja para sí”.[1] Otra vez, su amnesia estratégica le impide rememorar su actuación como responsable del diseño de la campaña electoral de Miguel de la Madrid; “olvida” que, precisamente: “De la Madrid lanzó una campaña de moralización en la función pública que incluyó reformas legales para fiscalizar y perseguir a los administradores corruptos”.[2] De muestra un solo botón: Carlos Hank González, mejor conocido como “El Profesor” -por sus lejanas actividades docentes en el medio rural-, tras su paso por la gubernatura del Estado de México, la regencia del DF y la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, acumuló una fortuna de 1,300 millones de dólares mientras su salario nunca superó el equivalente a los 8 mil dólares mensuales.[3]

Por lo que hace al crimen organizado, en “Democracia Republicana. Ni Estado ni mercado: Una alternativa ciudadana”, refiere expresamente que: “El narcotráfico amenaza la esencia misma del Estado y de la soberanía popular”;[4] olvidándose de la oportunidad histórica que tuvo en sus manos pero, sobre todo, de sus propios yerros y excesos que constituyen los antecedentes inmediatos para el estado de cosas actual. En su reportaje “Narcotráfico. México Colombianizado”, Elvia Andrade Barajas apunta: “La persistencia de la delincuencia organizada a gran escala en México alrededor del lucrativo tráfico de drogas desde aproximadamente principios de la década de los setenta se debe a una eficaz protección frente al aparato de la ley[5] y Julio Scherer García escribió: “Hace casi veinte años -los setenta, los ochentas- el país se asomó al escándalo del narco”.[6]

Es más, desde los comienzos de su Gobierno, existían versiones de esos vínculos inconfesables: “Félix Gallardo estaba unido a una vieja clase política desplazada de los centros neurálgicos de poder ligada al expresidente Luis Echeverría, por la vía del exgobernador de Sinaloa, Sánchez Celis, y que comenzaba a quedar en decadencia, a la cual pagaba primariamente por la protección de sus negocios”.[7] Más aún, de la camarilla política de Salinas se ha escrito, en relación a las actividades de su propio padre y sus contactos con un conocido contrabandista tío de Juan García Ábrego, así como de su hermano Raúl: “Parece haber servido como catalizador para la transferencia hacia el este del eje central del narcotráfico, haciendo del cártel del Golfo, dirigido por Ábrego, su principal aliado”.[8] En 1989 se produce la extraña detención de uno de los herederos de Félix Gallardo, Amado Carrillo Fuentes, “quien quedó libre sin más sin explicaciones, aunque según algunas versiones llegó a reunirse con gentes de niveles superiores del gobierno o incluso con el propio presidente Salinas, y en el transcurso del sexenio adquirió la supremacía en el importante corredor de drogas de Chihuahua”.[9]González Calderoni, cuyos orígenes sociales son la clase media alta en contraposición con la abrumadora mayoría de los miembros de las agencias de seguridad, tenía fuertes vínculos anteriores con Raúl Salinas de Gortari, para quien trabajó proporcionando escuchas ilegales de diversos candidatos opositores, entre ellos Cárdenas, durante la campaña para la elección de 1988”.[10]

Más aún, de 1991 a 1996, buena parte de las noticias referentes al narcotráfico tienen como protagonistas a destacadas figuras de la política de esa época, entre ellos, el actual Senador Manlio Fabio Beltrones y, por supuesto, el hermano incómodo.[11] El hermano de José Francisco Ruiz Massieu, Mario Ruiz Massieu, acusó a dos secretarios de Estado y a dos gobernadores, vinculados con el narcotráfico, con la muerte del primero.[12] Eduardo Valle (a) “El Bhúo” apunta categórico: “Que conste: en ningún momento se me ocurrió que Carlos Salinas de Gortari podría tener relaciones con Amado Carrillo, Juan García Ábrego o los Arellano Félix. Quizá Raúl. Pero después de todo lo que no ha ocurrido, los mexicanos ahora sabemos que sí: el Presidente de México tenía una idea bastante exacta de lo que ocurre con las empresas criminales internacionales de donde participan mexicanos”.[13]

El testimonio definitivo que sepulta a Salinas es el de su antecesor, Lic. Miguel de la Madrid; quien sin ambages lo acusó de “fomentar en su sexenio la corrupción y de robar fondos públicos”, por un lado; y por otro: “Su hermano Raúl [Salinas] tuvo contacto con narcotraficantes”.[14]

De ahí que la desmemoria del esternocleidomastoideo no sólo sea selectiva, estratégica, sino infame, monstruosa; un movimiento más en el complejo juego de poder que intenta auparlo, de nuevo, a las altas esferas de la política mexicana; a él y a una camarilla que ya tuvieron su oportunidad y fracasaron de modo miserable. ¿Cuál cree usted que es el objetivo de su propuesta?: “Mantener la soberanía y promover la justicia social para hacer realidad la libertad”.[15] En su oportunidad, ¿qué hizo por mantener esa soberanía y promover la justicia social para hacer realidad la libertad? ¿A partir de su gestión, gracias a él, se incrementó nuestra soberanía, nos acercamos aunque fuera un tantito a la justicia social, fuimos más libres? ¡No! Definitiva, absoluta, indiscutiblemente no.

Su obra bibliográfica toda,[16] intenta librarlo de cualquier tipo de responsabilidad; del “Error de Diciembre,[17] del pacto con Vicente Fox para liberar a su hermano Raúl del fresco bote, a cambio de hundir al Rayito de Ejperanza,[18] de la pérdida de su influjo con los políticos de su camada: Beltrones,[19] Peña Nieto,[20] etc., con los que se deja ver en veladas y festejos.[21]. En 2003, The New York Times, en un artículo suscrito por Ginger Thompson, afirmaba: “Carlos Salinas está fraguando su futuro y su reinvención, su agenda y su reconstrucción. Quiere limpiar su nombre y el de su familia”.[22] Hoy, ésta es una amenaza en marcha, una realidad irrefutable.

Luis Villegas Montes. luvimo6608@gmail.com


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