Analogías duartistas…por Aída María Holguín
No es la primera vez que el gobernador de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, recurre al uso de analogías para intentar impresionar al público con su discurso; sin embargo, estos recursos utilizados por Duarte son cada vez más irracionales; tal es el caso de lo dicho por el mandatario estatal hace apenas unos días, cuando afirmó que “el CERESO de Juárez, está más limpio que Palacio de Buckingham.
Y es que tomando en cuenta que una analogía es un recurso literario usado como apoyo para establecer una relación basada en las similitudes entre dos conceptos o ideas; resulta totalmente absurdo que el gobernador Duarte compare –de cualquier forma- la residencia oficial de la Familia Real Británica con un Centro de Readaptación Social (mucho menos con uno de Chihuahua –aun y cuando se refiriera a solo una de las áreas que integran el edificio).
La analogía usada por el gobernador invita a reflexionar respecto a cuáles son las similitudes que la trastornada mente de Duarte encontró entre la limpieza de un palacio real y la de un centro penitenciario.
Queda claro que el extraño razonamiento de Duarte para encontrar semejanza entre ambos sitios, radica en el concepto de “limpio”, mismo que -de acuerdo al diccionario de la lengua española- tiene varios significados; sin embargo, ninguno de ellos aplica para establecer una similitud entre el lugar en el que actualmente habita la reina de Inglaterra, Isabel II, y el lugar donde habita un numeroso grupo de personas sujetas a un proceso jurídico de carácter penal.
Aun y cuando la afirmación analógica hecha por Duarte se analice de acuerdo al contexto -o momento- en que la hizo; es decir, al referirse a la transformación del sistema penitenciario que -según él- ha dado en la entidad durante su administración; no hay similitud alguna entre la limpieza -de cualquier tipo- que pueda haber en el Palacio de Buckingham y la que hay en un CERESO.
Considerando todo lo anterior, resulta evidente que una cosa no tiene nada que ver con la otra; por lo que el uso de esa analogía por parte de César Duarte, está totalmente fuera de contexto y de todo razonamiento lógico; es más, ni a metáfora llega. Ahora que si lo hizo a modo de chiste, entonces el gobernador también resultó muy mal comediante.
Por otro lado, puede decirse que es -hasta cierto punto- comprensible que el gobernador Duarte siga recurriendo a estrategias discursivas absurdas, pero mediáticamente efectivas; lo cual le ha permitido desviar –temporalmente- la atención del público.
Pero que no se equivoque Duarte al pensar que la distracción que ha logrado es permanente, porque el movimiento chihuahuense “Unión Ciudadana”, que agrupa a miles de chihuahuenses, no ha quitado –ni quitará- el dedo del renglón para seguir denunciando –por todos los medios legítimos y legalmente posibles- la corrupción que impera en Chihuahua desde que él asumió la gubernatura del estado.
Y es que si alguna transformación se ha dado en la entidad durante su administración, es la relacionada a las prácticas de corrupción, al endeudamiento público, a la opacidad de su gestión, a las prácticas de corrupción, al abuso de autoridad y al bullying institucional.
Que no nos extrañe pues que Duarte siga acudiendo al uso de analogías absurdas como su más “fuerte” recurso discursivo, y como estrategia de distracción para seguir evitando responder ante los chihuahuenses y ante las autoridades por los presuntos delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones y uso indebido de atribuciones y facultades; según consta en la denuncia penal presentada en su contra y ante las instancias correspondientes -desde el pasado mes de septiembre- por Jaime García Chávez.
En esta ocasión concluyo con lo dicho–en el libro “Dinero a mansalva”- por el escritor británico, Terry Pratchett: -la de César Duarte- “Es una analogía muy gráfica que ayuda a la comprensión de una forma maravillosa, sin dejar de ser, estrictamente hablando, errónea en todos los sentidos posibles.”
Aída María Holguín Baeza
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