Aunque Duarte se quite el bigote…por Aída María Holguín
Dice un viejo y conocido refrán que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Este dicho popular se refiere a que la condición o los defectos internos de las personas no se pueden encubrir tratando de mejorar su apariencia física.
Para el caso que hoy nos ocupa, este dicho puede aplicarse -en su sentido referencial- al gobernador de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, quien la semana pasada publicó un video en redes sociales en el que aparece sin el bigote que -físicamente- lo caracterizaba.
Pareciera que César Duarte pensara que al cambiar su apariencia física, también cambiaría la realidad. Esa realidad en la que -con bigote o sin bigote- tiene que rendir cuentas y enfrentar la denuncia penal que desde hace una año interpuso en su contra abogado y activista, Jaime García Chávez, misma que motivó la conformación de “Unión Ciudadana”, un foro plural de ciudadanos interesados y ocupados en construir, promover y exigir un Chihuahua libre de corrupción.
Para nadie (que esté al tanto de los asuntos de interés público) es desconocido que en la misma proporción en la ha aumentado la deuda pública de la entidad, ha aumentado la riqueza privada de César Duarte; es por eso, que desde que Duarte apareció sin bigote la opinión pública se ha encargado de decirle que antes que cortarse el bigote tenía que haberse cortado las uñas.
Por otro lado, puede decirse que es -hasta cierto punto- comprensible que el gobernador Duarte siga recurriendo a estrategias distractoras absurdas, pero mediáticamente efectivas; lo cual le ha permitido desviar -temporalmente- la atención del público. Pero que no se equivoque César Duarte al creer que la distracción que ha logrado es permanente porque el movimiento “Unión Ciudadana”, que agrupa a miles de chihuahuenses, no ha quitado -ni quitará- el dedo del renglón para seguir denunciando -por todos los medios legítimos y legalmente posibles- la corrupción que impera en Chihuahua desde que César Horacio Duarte Jáquez asumió la gubernatura del estado.
Aunque César Duarte se quite el bigote, su esencia tirana, corrupta y manipuladora sigue intacta. Que no nos extrañe pues que en un futuro Duarte siga acudiendo al uso de estrategias distractoras -por demás absurdas- para tratar de aparentar ser un “niño bueno”, y así evitar rendir cuentas ante los chihuahuenses y las autoridades por los presuntos delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones y uso indebido de atribuciones y facultades; según consta en la denuncia penal presentada por García Chávez -desde el 23 de septiembre de 2014- en su contra y ante las instancias correspondientes.
Finalizo en ocasión con lo dicho alguna vez por el médico, escritor y dramaturgo ruso, Antón Pávlovich Chéjov: “Los hipócritas pretenden ser palomas, políticos, literarios, águilas… Pero no se deje engañar por su apariencia, no son águilas, son ratas.”
Aída María Holguín Baeza
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