Bandera de México: símbolo de la unidad…por Aída Holguín
-FRASEARIO-
Pocos minutos antes de que concluyera el día 7 de septiembre de 2017, el Servicio Sismológico Nacional reportó un sismo de magnitud 8.2 grados en la escala de Richter. Hasta ahora, se trata del temblor más intenso que se haya registrado en territorio mexicano en los últimos 100 años.
Como ya se sabe, fueron -al menos- 11 las entidades del país en las que se sintió la severa sacudida terrestre, pero Chiapas y Oaxaca resultaron las más afectadas; destacando el caso de Juchitán de Zaragoza (la cuarta ciudad más importante de Oaxaca), lugar donde el potente sismo dejó graves daños materiales (incluido su histórico Palacio Municipal) y cobró la vida de decenas de personas.
Fue justamente ahí, en Juchitán, donde -a los pocos minutos de que la tierra se sacudiera fuertemente- medios de comunicación locales empezaron a reportar lo sucedido y sus respectivas consecuencias. Fue entonces cuando, durante una transmisión en vivo a través de su página de Facebook, un medio local -denominado Cortamortaja- captó las imágenes un singular y “sorprendente” acto. De inmediato, ese especial acontecimiento se empezó virilizar a través de las redes sociales.
A diferencia de lo que suele suceder con la viralización de contenidos (sucesos con poca -o nula- relevancia o veracidad) a través de las redes, en esta ocasión se trató de un hecho de especial relevancia porque, en él, se refleja el verdadero espíritu y valor patriótico del pueblo de México; más aún, porque éste adquirió un especial significado al haberse suscitado -casualmente- durante el mes patrio.
El acto que quedó grabado en video, muestra a un hombre rescatando -de entre las ruinas del Palacio Municipal de Juchitán- una bandera de México que, luego, amarró en un palo con el que improvisó una astabandera y, finalmente, colocó en un montículo formado por los escombros. Ahí, con la ayuda de viento, la bandera empezó a ondear de manera espectacular, haciendo llegar un poderoso y contundente mensaje: México es fuerte y sigue de pie.
Sin duda alguna, el impulsivo (así lo manifestó días después) acto protagonizado por Ángel Sánchez Santiago, materializa a la perfección aquel juramento que todos los mexicanos “rezamos” en algún momento; es decir, jurar a ante la bandera de México (legado de nuestros héroes) hacer de nuestra patria una nación humana y generosa.
Es así como Juchitán, epicentro de una nueva tragedia nacional, irónicamente se convirtió en un plácido escenario en el que la bandera de México, símbolo de la unidad, ha servido como instrumento para enviar un enérgico mensaje esperanza que fortalece la identidad nacional.
Finalizo en esta ocasión con lo dicho alguna vez por el militar y político estadounidense, George Catlett Marshall: “Nuestra bandera será reconocida en todo el mundo como un símbolo de fuerza arrolladora”.
Aída María Holguín Baeza
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