Breaking bad, breaking sad…por Carlos Murillo
Por fin pude terminar de ver la serie completa de Breaking Bad, famosa por contar las aventuras de un químico enfermo de cáncer convertido en narcotraficante. ¿Qué aporta a la sociedad una serie de este tipo?, ¿por qué el éxito de este programa violento, racista y promotor de la droga (metanfetaminas)? Sin duda vale la pena reflexionar al respecto.
Un reflejo de la sociedad gringa en decadencia
En sí la historia trata de Walter White (WW) un hombre maduro, químico de profesión venido a menos, de personalidad introvertida y con serios problemas económicos, quien además se ve conflictuado por habérsele detectado cáncer de pulmón y tener sus días contados. Es entonces cuando inicia la trama del señor White por querer “proteger” a su familia al asociarse con un ex alumno de High School, Jesse Pinkman, para producir lo que será la mejor metanfetamina del suroeste de Estados Unidos.
¿Por qué WW decide tomar el camino del mal (breaking bad: hacerse o convertirse en maloso) y no toma en cuenta otras opciones como la revolución social, el ecologismo o la medicina alternativa? Abrazando la bandera de la familia (ese valor de la gente conservadora y de derecha) y en nombre de ella, se dedica entonces a hacerse millonario cocinando droga, no importando a quién tenga que matar o hacer daño. Su lógica cabe muy bien en la del estadounidense promedio, siempre preocupado por el dinero y encerrado egoístamente en su mundo individualista. Imposible pensar en su emancipación del sistema socio-económico injusto del país donde vive, pues su mente sólo piensa en sí mismo de una manera enajenada, como la cultura estadounidense se afana en ser.
Sus argumentos y creencias lo llevan pues a tomar la decisión “correcta”, pero en realidad se va introduciendo en un mundo de intrigas, avaricia, traiciones y mucha violencia. Rápidamente pasa de ser de una persona afable y tímida, de la que no pocos se aprovechan, a un verdadero mafioso asesino, no muy distinto a las biografías de los capos de ayer y de hoy. WW representa las aspiraciones más oscuras del humano y reproduce su tragedia al no poder emanciparse y ver la vida de otra manera, también muy al estilo gringo: para que yo viva (y lleve este modo de vida) no importa cuántos tienen que morir.
La violencia como algo normal y cotidiano
Breaking Bad te atrapa desde el inicio por que utiliza recursos cinematográficos del cine de aventuras, muy influenciado por cierto, de la obra de Quentin Tarantino para luego como en las telenovelas mexicanas, terminar cada capítulo con un nudo conflictivo a seguir. Pero fuera de las emociones y curiosidad de la trama, hay verdades que resulta difícil pasar de lado, a menos que intencionalmente no se quieran ver.
Durante cuatro de las cinco temporadas, quienes mueren principalmente son de origen mexicano o latinoamericano, además suelen ser mafiosos de peligro (narcotraficantes y sicarios) o pobres y adictos. Esto refuerza en el imaginario gringo la idea, tantas veces repetida por Washington y los noticieros de ese país, del peligro de la gente morena del sur, que sólo va a EEUU a hacer maldad.
Sin quererlo, la serie hace una apología de la vida banal en Estados Unidos, la que desafortunadamente exportan a otros países: todo gira alrededor del dinero, el placer y el poder. Para que WW se ganara el respeto de su entorno social, cambió su aburrida vida por una de peligro aprovechando el proclive de las y los estadounidenses al placer y las drogas (EEUU es con mucho el principal mercado mundial) haciéndose él mismo adicto al poder. Su éxito inicial en el narcotráfico sucede por ser whitie, ¿quién en EEUU sospecharía de un anglosajón de clase media y profesionista? Pero esa mentira de creerse los mejores, santurrones y puros del mundo, es su principal debilidad.
Vuelta a la realidad
Al final WW encuentra su merecido no sin antes acabar con los últimos rufianes enemigos suyos (ahora unos supremacistas blancos) las aventuras del último antihéroe gringo terminan repitiendo la misma receta de siempre: dinero-violencia-destrucción-muerte. Ahora por fin se sabe que en EEUU también hay narcos anglos igual de despiadados y hasta peores que los de otros lados y para quien se vea alguna vez en una situación como la del señor White, está el recurso del narco.
En la vida real EEUU es un país adicto a las guerras, el petróleo y el intervencionismo en el mundo; su sociedad vive encerrada en sí misma incapaz de ver el daño que causan en otras partes y sin ver tampoco el daño causado a sí mismos por su depredador estilo de vida. La principal droga de las y los estadounidenses es creerse superiores al resto y eso se demuestra en series como Breaking Bad, ¿acaso no hay gente buena en todas partes forzada a hacer el mal?; ¿acaso países como México no sufrimos violencia a causa de la política de Washington y las adicciones de las y los gringos para que la droga no les falte?
Breaking sad
El mundo de la mano de EEUU o de cualquier otro país supremacista va a la destrucción. En el capitalismo las drogas son formas de control político, social y económico. La legalización y despenalización de las drogas pueden aliviar muchos síntomas perjudiciales, pero no puede evitar que continúen otras adicciones peores como la avaricia y el poder. Sería interesante ver una serie sobre el consumo de drogas y adicciones en las clases altas dirigentes, un tema por demás todavía pendiente, pero definitivamente necesario.
Últimos comentarios