El cambio climático…por Samia
Los capitalinos cuentan con una percepción climática más aguda, porque estaban habituados a tener un clima muy benévolo en la Ciudad de México. Hace algunos años, los días calurosos, que rondan los 30 grados centígrados, se presentaban con menor periodicidad.
En realidad no es que esta temperatura máxima haya aumentado considerablemente, la diferencia radica en que no se presentaba con la misma frecuencia.
Antes, los episodios calurosos se tenían dos o tres veces al año, de manera aislada, durando un máximo de 36 horas corridas cada uno y ahora incluso se han llegado a registrar mas de diez días seguidos; los capitalinos no están acostumbrados a esa situación.
Este incremento se le atribuye al efecto de la urbanización, aunque el calor se presenta con mayor intensidad por las mañanas.
Las ondas calurosas suscitadas en los últimos 10 años se han intensificado en frecuencia. En la noche, el calor acumulado por las edificaciones a lo largo del día no se disipa completamente y los interiores no alcanzan a enfriarse lo suficiente. Al día siguiente, la mañana continúa calurosa en el momento que el sol sale de nuevo; en consecuencia, los habitantes no tienen oportunidad de refrescarse.
Esto se debe a un fenómeno denominado Isla de Calor, es una condición urbana de acumulación de calor por la inmensa mole de hormigón y demás materiales absorbentes de calor que se da en situaciones de estabilidad por la acción de un anticiclón térmico. Se presenta en las grandes ciudades y consiste en la dificultad de la disipación del calor durante las horas nocturnas, cuando las áreas no urbanas, se enfrían notablemente por la falta de acumulación de calor. El centro urbano, donde los edificios y el asfalto desprenden por la noche el calor acumulado durante el día, provoca vientos locales desde el exterior hacia el interior. Comúnmente se da el fenómeno de elevación de la temperatura en zonas urbanas densamente construidas causado por una combinación de factores tales como la edificación, la falta de espacios verdes, los gases contaminantes o la generación de calor. Se ha observado que el fenómeno de la isla de calor aumenta con el tamaño de la ciudad y que es directamente proporcional al tamaño de la mancha urbana.
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