Actualmente, analizar las funciones del Gobernador del Estado de Chihuahua en contraste con su actividad cotidiana, puede resultar por demás frustrante, podríamos incluso recordar las líneas de “La Divina Comedia” cuando Dante pasa a través de la puerta del infierno, la cual tenía un inscripción de cuya novena y última línea procede la famosa frase: “Abandone toda esperanza, aquel que entre aquí”.
Y es que una de las características esenciales del actual gobernador, es la de dedicar gran parte de su tiempo a visitas campañeras por el territorio estatal. Pero eso sí, en sus actos según han consignado los medios de comunicación, el mandatario estatal regala actas de nacimiento del Registro Civil, despensas, dotaciones de pescado, árboles, pólizas del Seguro Popular, hasta dulces y balones para los niños.
Mientras eso sucede, el incremento de los hechos violentos, de los grupos delictivos y de su número de miembros, siguen en galopante aumento.
Temas por preocupantes, y que no se pueden aislar porque que tienen que ver con muchos otros factores como lo son las crisis económicas que han golpeado a nuestro país y que a su vez han provocado —entre otras cosas– el aumento en las tasa de desempleo, de la deserción escolar, –y en el mejor de los casos– de los empleos pésimamente remunerados.
Justo en esos elementos determinantes para la calidad de vida de los ciudadanos, y que durante décadas han sido desatendidos, es que recae uno de los graves problemas sociales de la actualidad: los jóvenes que ni estudian ni trabajan, esos a los que coloquialmente y discriminatoriamente se les denomina como “Ninis”.
Éstos jóvenes, son miembros de familias que al no haber tenido igualdad de oportunidades en el pasado, ahora encuentran su única oportunidad dentro de las filas de los grupos delictivos organizados.
Sin duda, el caso de los “Ninis” es un problema que requiere de atención urgente, pero con un tratamiento especial, porque en él se aglutinan muchos otros problemas que habrían de resolverse en primera instancia, si es que en verdad se desea solucionar de fondo el problema.
La gravedad del problema es seria, pero para César Duarte es cosa sencilla y rápida de arreglar. Para el Señor César, se arregla con una ocurrencia o capricho personal –a lo mejor es “prestado”, pero lo asumió como personal– y que tienen que ver con reformar unos cuantos artículos de las Leyes del Servicio Militar y de la Educación Militar.
Y es que solamente como capricho u ocurrencia es posible visualizar la propuesta de Duarte, cuando ante el importante número de críticas y propuestas alternativas provenientes de diferentes y variados sectores de la sociedad, respecto a la iniciativa mejor conocida como “Ley Nini”, el Gobernador sigue insistente en que esta es la mejor opción para los jóvenes que no estudian, ni trabajan.
Sin importarle que prácticamente ningún sector —salvo a la bancada el PRI en el Congreso Local– esté de acuerdo en apoyar iniciativas ocurrentes y sin fundamentos, todavía continúa asegurando que la propuesta ha sido respaldada por tal o cual institución, funcionario o personaje de “peso”.
En ese sentido, ahora resulta que el Gobernador de Chihuahua afirma que el Secretario de la Defensa Nacional respalda la iniciativa y ya hasta le propuso adecuaciones.
Así lo dijo César Duarte: “Recibí una buena información del secretario de la Defensa Nacional, abonando o enriqueciendo la propuesta de cómo ofertar mayores espacios desde el sistema educativo militar para que sean mayores las condiciones de oferta a los jóvenes que ni estudian ni trabajan”.
En respuesta a esta última declaración del mandatario estatal, voy a utilizar lo acertadamente dicho por una entrañable y pensante amiga: “Si de verdad la iniciativa duartista para enviar “ninis” al ejército tiene el aval de Sedena ¿no debería ser esta última, y no el Gobernador chihuahuense quien lo difunda?. Habrá que recordarle además al Señor Duarte, que el aval requerido es el del poder legislativo federal.”
Queda claro pues, que César Duarte no dejará de seguirnos sorprendiendo con sus caprichos, ocurrencias y ególatras declaraciones, situación que además de dejar a la vista su verdadera personalidad, nos deja más dudas sobre su desempeño como Diputado y como Presidente de la Cámara de Diputados en el último año de trabajos de la LX Legislatura.
Es necesario comentar lo anterior, porque otra de las características del Sr. Duarte –además de sus giras campañeras– es que se ha querido dedicar a legislar en lugar de dedicarse a gobernar; y para presumir de haber sido gestador e impulsor de leyes, deja mucho… pero mucho que desear.
Los caprichos, las simples ocurrencias y las giras campañeras, son acciones que distan mucho de lo que César Duarte necesita hacer para conformar un gobierno sólido. El abogado, político y décimo sexto Presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, afirmó alguna vez que “Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer a todos los que le siguen.”
Aída María Holguín Baeza Correo: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: http://laecita.wordpress.com
Últimos comentarios