PARADOJA DE LAS ARMAS Y LA VIOLENCIA
CHISTE PRESIDENCIAL
La muchacha de la casa era un manjar; ambrosía de Eros, Carne Divina.
Irremediablemente el señor se volvió tonto, un sátiro babeante en el laberinto de su hogar, la mirada fija y muy brillante.
Toda oportunidad era buena para acercarle a la venusina su corazón malherido. Le puso asedio. Finalmente un Día la moira le sopló un céfiro esperanzador al señor de la casa: la señora iría a la capital a comprarse unos tenis rosas que le harían verse mucho más joven, y volvería hasta el otro día.
Al caer la celestina noche, el lujurioso enamorado arribó a toda vela al cuarto de la muchacha.
-Toc toc toc, ¿Juanita? ¡Ya estoy aquí! –musitó en voz alta, por raro que parezca-; mas lo interrumpió Juanita, quien por experiencia esperaba tal embestida directa del enajenado cincuentón contra su honra:
-Debe saber que si no me enseña su examen del sida, esta puerta no se abrirá…
El flechado recordó en tan deprimente trance uno de tres meses atrás y se lanzó juvenilmente en dirección a la recámara conyugal, rebuscó en los burós y las cómodas… y lo encontró; raudo volvió y hundió el mágico papel en la franja de luz, bajo la puerta del Cielo.
La noche esa fue un festín inolvidable…
A la mañana siguiente, el rejuvenecido alabó la responsabilidad y madurez de la hermosísima:
-¡Mira que pedirme examen del sida! Te felicito; ¡es una magnífica actitud en alguien tan joven!
-¡Eso sí! –respondió la ninfa muy ufana- ¡A mí el sida no me lo pegan dos veces!
MEMORIAL DE LAS BANCAS
Sólo seis bancas de la Plaza de Armas conservan aún placas con los nombres de sus donadores.
Nos platicó don Miguel Navarro sobre ellos; con paciencia de erudito develó sus significados, uno a uno.
Dice de Carlos Saracho que vivió –lo mismo que don Antonio Máynez- mucho tiempo en el Hotel del Norte; “fue papá de una mujer hermosa que murió el año pasado y trabajó en el Banco Comercial Mexicano”. Evoca en su oficina con nostalgia el cronista a esa María: “Hizo época en Delicias, alta y blanca ella, de ojos azules; sobre todo hermosa; muy bella”.
De Ernesto Gómez G. nos cuenta que era suegro de Fernando Baeza y fue suplente de Antonio Aún. Ahonda: “No quiso ser presidente cuando don Antonio renunció, tuvo miedo porque ambos aparecían en la lista negra de los amigos de Laing; entonces, don Saúl Herrera puso a don Agustín Quiñones Solórzano como interino, y así Gómez aceptó seguir de suplente”.
Platica que a Gonsalo (sic) Quevedo jr. le decían Chalo. “Era buen basquetbolista; desciende de la familia de don Rodrigo M. Quevedo; entonces, cuando el gobernador vio que Delicias prometía mucho, mandó a su hermano Guillermo a poner aquí la Despepitadora Delicias no. 2” -detalla.
En cambio, no está tan seguro don Miguel de Rodolfo Rojas: “Hubo uno con ese nombre en el Centro de Salud, fue quien le compró a la maestra Hinojosa la casa que tuvo enfrente de San Antonio; pudo ser el que puso la banca, pasa que hubo dos con ese mismo nombre”.
El cronista glosa además dos nombres de negocios inscritos en las placas de la Plaza Principal.
Acerca del Chalío’s Bar, nos recuerda que fue rebautizado por sus propietarios como Club Iberia y perteneció a don Raúl González.
Los dueños del México Español fueron don Emiliano Trincado y su señora doña Engracia Iturralde, quienes “pusieron otro restaurante en Chihuahua, mismo que” -cree don Miguel- “se llamó después Mesón Trincado; o era este, otro negocio de ellos en la capital del estado”. Rememora así a don Emiliano: “Iba mucho a los toros, tocado con un sombrero andaluz y calzado con botas cordobesas, muy elegante siempre”.
UN ARTÍCULO DE FOREING POLICY
El último número de la edición española de Foreing Policy incluye un artículo inquietante de Joshua Keating intitulado “Armados, pero puede que no peligrosos”. Basado en datos de un Estudio sobre Armas Ligeras de 2007, el autor plantea una paradoja que reclama una solución verosímil y lógicamente congruente.
Keating enlista los diez países cuya población dispone de armas en mayor proporción en nuestro planeta; el ranking promedia el número estimado de armas por cada 100 habitantes, como sigue: USA: 90 armas por cada centenar; YEMEN: 54,8; SUIZA, 45,7; FINLANDIA: 45,3; SERBIA: 37,8; CHIPRE: 36,4; ARABIA SAUDÍ: 35; IRAK: 34,2; URUGUAY: 31,8; SUECIA: 31,6. México, advierte el autor, “podría entrar pronto en una posición similar”. Entretanto tenemos que no somos todavía una de las diez sociedades más armadas.
La paradoja es muy evidente: varias sociedades claramente más armadas que la mexicana se hallan entre las menos violentas del mundo. Son los casos –por lo menos- de Uruguay, Suiza, Finlandia y Suecia.
Tales datos validan la hipótesis de investigación siguiente: el armamentismo entre la población no se traduce necesariamente en más violencia interna.
Si fuese tal idea aceptablemente verdadera, entre otras cosas justificaría la libertad gringa de poseer armas y explicaría que la Grecia clásica, la Francia revolucionaria y la USA moderna devinieron en democracias paradigmáticas habiendo coexistido todas con poblaciones altamente armadas (que así acotaban al Estado).
Los datos están allí. Queda pues ensayar explicaciones racionales a la paradoja planteada.
(La edición en inglés de Foreing Policy acoge casi exclusivamente artículos de investigadores y egresados de Harvard, una de las cinco mejores universidades del mundo en los rankings London, Shangai y Magisnet; fue fundada la revista por don Samuel Huntington, autor de “Clash of civilizations”, obra que predijo la dinámica esencialmente cultural y religiosa de las guerras en nuestra posguerra Fría.) El artículo se halla en la dirección siguiente:
http://fp-es.org/armados-pero-puede-que-no-peligrosos
UNA DE LUCHADORES
Los que andan muy contentos son algunos perredistas de Ciudad Delicias.
Nos presumió en los corrillos de la presidencia Moisés Bárcenas Muñoz, coordinador de grupos del Movimiento Ciudadano A.C., sus buenas relaciones con la actual administración municipal.
Expuso con sensatez que las ideologías quedan para los procesos electorales, y que entre sus correligionarios enrraiza una convicción genuina de que pasados los comicios, es un deber cívico de todos los actores políticos coadyuvar para llevar a buen puerto los programas y las acciones del gobierno municipal, independientemente de la identidad partidista.
“Así debe ser, por el bien de todos; en particular de los más necesitados” –ratificó el luchador social y microempresario de la construcción.
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