Chihuahua bajo sospecha…por Aída María Holguín
El pasado 19 de julio, el diario “El Universal” dio a conocer que -a través de la solicitud 0000600075015- obtuvo información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), misma que revela que a lo largo de nueve años (2007-2015) se han presentado casi 3,000 operaciones “preocupantes” a nivel nacional.
De acuerdo con la información publicada por el diario, las entidades que tienen el mayor número de reportes por operaciones preocupantes son Sinaloa, Chihuahua, Sonora, Colima y Nuevo León, considerando como “caso aparte” el Distrito Federal.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la SHCP, señala que de acuerdo con las disposiciones en la materia, las operaciones preocupantes comprenden aquellas operaciones, actividades, conductas o comportamientos de cualquiera de los accionistas, socios, directivos, funcionarios, empleados, apoderados y de quienes ejerzan el control del sujeto obligado que, por sus características, pudiera contravenir o vulnerar la aplicación de las normas en esa misma materia, o aquella que, por cualquier otra causa, resulte dudosa por considerar que pudiesen favorecer o no alertar sobre operaciones con recursos de procedencia ilícita (artículo 400 Bis del Código Penal Federal).
En resumen, Chihuahua es una delas cinco entidades federativas que tiene el mayor número de reportes de probables operaciones financieras con recursos de procedencia ilícita, las cuales pudieran –en muchos casos- estar relacionadas con el lavado de
dinero.
Es así, como Chihuahua vuele a estar bajo sospecha de operaciones, actividades, conductas o comportamientos que -de alguna u otra manera- tienen que ver con actos de corrupción y/o uso indebido de atribuciones y facultades.
Con todo lo anterior, resulta imposible no recordar que actualmente el gobernador del estado, César Duarte Jáquez, tiene una denuncia penal en su contra por los presuntos delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones, uso indebido de atribuciones y facultades, y los demás que resulten -de la seria investigación que seguimos esperando se realice-, y que está directamente relacionada con la dudosa procedencia de 65 millones de pesos del Fideicomiso No. 744743, a través del cual César Duarte y su esposa, Bertha Olga Gómez Fong, adquirieron acciones del
Banco Progreso de Chihuahua ,S.A. de CV.
Sin duda alguna, la denuncia contra César Duarte también representa una operación preocupante; sin embargo, resulta más preocupante que a casi un año de que Jaime García Chávez presentara dicha denuncia, aún no hay ningún indicio de que las autoridades tengan interés en ocuparse del caso y efectuar una seria investigación para deslindar responsabilidades.
Sin considerar que existen muchos otros reportes de operaciones catalogadas -por la UIF- como “relevantes” o “inusuales”, lo menos que se espera de las autoridades “competentes”, es que dejen de preocuparse tanto, y mejor se ocupen en investigar todas y cada una las operaciones, actividades, conductas o comportamientos que contravienen o vulneran las leyes.
Sigue quedando pues en manos de las instituciones federales correspondientes tomar una firme decisión entre las dos opciones que hay:
La primera opción, es pasar de la sospecha y la preocupación, a la acción; es decir, tomar la decisión de aplicar las leyes y normatividades sin distinción alguna para devolver poca de la mucha confianza perdida en las autoridades e instituciones.
La segunda opción, es seguir sospechando y preocupándose por lo que -evidentemente- sucede, y seguir aplicando la ley de manera discriminada; confirmando así, que México es un país en el que la impunidad y la corrupción aumentan cada día más al amparo de las propias autoridades; y esto, no es una sospecha, es un hecho que más que lamentable, es imperdonable.
Finalizo en esta ocasión con lo dicho alguna vez por el político, científico e inventor estadounidense, Benjamin Franklin: “De aquel que opina que el
dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
Aída María Holguín Baeza
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