Circunstancias mortales…por Aída María Holguín
De acuerdo con Octavio Ledezma, Fiscal de la Zona Centro-Sur, el fallecimiento de tres miembros de una familia (2 niños y su padre), luego de enfrentamiento a balazos ocurrido la semana pasada se en ciudad Delicias, Chihuahua; son “muertes circunstanciales”.
Sin duda alguna, las muertes de los dos menores y su padre dependieron de una circunstancia muy particular: estar su propia casa y tener la mala suerte de que un “trabajo de inteligencia” llevara a militares y policías a provocar un enfrentamiento a balazos con una cuarta persona que se encontraba al interior del domicilio.
Según la Fiscalía, Juan de Dios Carrasco Domínguez, alias “El Gallero”, había sido identificado como integrante de las Autodefensas de Michoacán; es por esto, que al ubicar a “El Gallero” en el domicilio de su supuesta prima, las autoridades planearon un operativo policiaco para capturar al presunto delincuente (que también resultó muerto).
Queda entonces claro que, tal y como lo dijo el Fiscal Ledezma, las muertes fueron circunstanciales; es decir, implican que la causa de su fallecimiento se debe a una circunstancia en la que los elementos policiacos y militares “se vieron obligados” a repeler la agresión del supuesto delincuente, sin saber (a pesar del “trabajo de inteligencia”) que los menores se encontraban dentro de la casa, y quienes -según testimonios dados a conocer por algunos medios de comunicación de la región- imploraban el cese al fuego.
El caso es que con lo sucedido en Delicias, las muertes causadas por los “hechos aislados” pasaron a convertirse en “muertes circunstanciales”, y es así como nuevamente queda en evidencia que que para las autoridades de Chihuahua, resulta más fácil evadir sus responsabilidades diciendo que los homicidios son resultado de hechos aislados o -ahora- muertes circunstanciales, que asumirlas bajo la premisa de que independientemente de los motivos, son hechos y/o situaciones que sistemáticamente han incidido en materia de seguridad pública.
Ya es tiempo de que las autoridades comprendan que si van a catalogar como “hechos aislados” o -ahora- “muertes circunstanciales” todos aquellos decesos que -por obvias razones- “dañan” su imagen, entonces tendrían que catalogar de igual manera su desempeño como servidores públicos; es decir, el cumplimiento cabal de sus responsabilidades también serían “hechos aislados” porque rara vez han sucedido, o éste ha dependido de las circunstancias impuestas por el jefe supremo, César Horacio Duarte Jáquez.
Pero bueno, mientras que son peras o manzanas; es decir, mientras que el fiscal general del estado, Jorge González Nicolás, se decide cambiar las circunstancias y girar las debidas instrucciones para que se deslinden responsabilidades respecto a las condiciones en las que se desarrolló el enfrentamiento mortal en Cd. Delicias, no está de más recordarle que usar el término “hecho aislado” o -ahora- “muertes circunstanciales” como recurso de exculpación, aumenta la posibilidad de que las negligencias en el cumplimiento de sus funciones se incrementen; lo cual a su vez, aumentaría la posibilidad de que los “hechos aislados” o las -ahora- “muertes circunstanciales” se repitan con mayor frecuencia.
En esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por el escritor y filosófico británico, James Allen: “Las circunstancias no hacen al hombre, ellas lo revelan.”
Aída María Holguín Baeza
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