Por.- Jesús José Meléndez Hermosillo
Cena de Navidad.
El tiempo comienza a reclamar tradiciones, ya nadie sabe cuál es la receta de los tamales y saben porque, porque a nadie se le ocurrió preguntarle a la abuela o bisabuela que le ponía a la masa al momento de hacer la batida para la embarrada de las hojas y mucho menos que era lo que le daba el toque casero al chile colorado con el que se preparaba la carne que llevaría este suculento antojo tan tradicional de la época de navidad.
Con este sencillo ejemplo, dejo en claro lo perdido que andamos en los quehaceres de la tan llevada y traída “modernidad”, porque usted no me dejara mentir, en este año, no se siente el espíritu navideño como otros y así se irá perdiendo si no ponemos cuidado en rescatar las cosas buenas de la vida.
Tampoco dude usted que al paso de algunos años más la cena de navidad nos la vendan ya encapsulada y usted escuche, voy a la tienda por un frasco de capsulas de tamales y un empaquetado de ponche a y por supuesto no se me olvidara traer un paquete de menudo para la cruda de mañana a y que no falte la piñata inflable para la fiesta de nochebuena.
Así vamos de rápido en el mundo, pero no nos damos cuenta y seguimos buscando las cosas que nos distraen de la realidad y ojala cuando nos demos cuenta de ello no sea demasiado tarde.
Que venga a nuestra mente aprovechando la noche buena, cuales eran nuestros deseos cuando niños, ahora que somos papás, que recordemos cuando andábamos descalzos en plena temporada invernal, con nuestros pantalones remendados, pero eso si con las bolsas repletas de ágates y canicas, con nuestra resortera de horqueta de mezquite, colgada a nuestro pecho, con nuestro pelo despeinado sin preocuparnos porque se nos acabó el gel, así era la vida y de ella ni seña queda.
Pero esto es solo añoranza una añoranza que se vale en esta navidad 2020…
FELIZ NOCHE BUENA…
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