Consulta Duartofsky…por Aída María Holguín
Durante el arranque de la construcción una obra pública en Chihuahua capital, el gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, aseguró que tiene una encuesta que indica que el 93 por ciento de los usuarios aprueba la ruta troncal del ViveBús, y que se han detectado boicots para que la gente hable mal del servicio.
Lo dicho por César Duarte, solo confirma dos de los diversos rasgos que como gobernante lo han caracterizado: la manipulación de información y datos estadísticos, y el calificar de desestabilizadores del Estado a todos aquellos que no están de acuerdo con él.
En este caso -como en muchos otros-, resulta muy cuestionable ese 93% presumido el Gobernador; esto, debido a que cuando se presentan -y usan- los resultados de una encuesta, es importante dar a conocer quién realizó el ejercicio, y cuál fue la metodología utilizada.
Cualquiera que haya cursado la educación media superior, debe saber que “la encuesta” es una técnica que busca obtener información a través de cuestionamientos específicos. Como método de investigación, la encuesta es una herramienta que nos proporciona información estadística sobre la opinión o valoración que un grupo de individuos tiene sobre un asunto particular.
A veces, la teoría no se lleva a la práctica. Otras ocasiones, sí se lleva a la práctica, pero su aplicación se manipula de acuerdo a diversos intereses -generalmente particulares-. En el caso de México, esta herramienta ha sido tan usada -y abusada- con fines comerciales-electorales-partidistas, para la manipulación masiva.
Quizá sí haya quienes con una encuesta amañada -o hasta inventada- puedan ser manipulados; sin embargo, también hay a quienes no es tan fácil darle atole con el dedo. Para este segundo sector, es difícil creer en datos estadísticos emanados de una encuesta de la que no se presentaron datos básicos como: el objetivo; quién, cómo, cuándo y dónde la realizó; cuál es el universo poblacional; qué muestra que se utilizó; los elementos que consideraron para el muestreo; las preguntas específicas hechas los encuestados, y las tipos de respuesta.
Es cierto que existen muchos tipos de encuesta, y que ya es común encontrarnos con muchas de ellas gracias al internet -y sin la necesidad de tan compleja metodología-; sin embargo, cuando una encuesta tiene la finalidad de recabar información que será considerada como “oficial”, como en el caso que nos ocupa; no es aceptable que se den cifras que carece de sustento.
Más allá del hecho de que la cifra dada por César Duarte no tiene ningún sustento metodológico, está un asunto más importante que muchos políticos que desempeñan cargos públicos -incluyendo a Duarte-, no han tomado en cuenta: el objetivo de una encuesta, no es el de ganar simpatías; ni el de establecer políticas personales; tampoco el de demostrar que el encuestador y/o el objeto de estudio son correctos; y mucho menos, el de manipular pensamientos.
Para un buen un buen político, un buen gobierno, y/o un buen funcionario; una encuesta, debe cumplir con su objetivo original: ser una herramienta de consulta a la población objetivo -determinada de manera objetiva- para identificar aquellos aspectos sociológicos que influyen en determinados temas o situaciones, y que por consecuencia, deben ser analizados, priorizados y ponderados al momento de diseñar, gestionar y evaluar las políticas públicas.
Hablando concretamente del ViveBús, sería bueno que el Gobernador empezara por leer los comentarios que a través de diversos medios de comunicación digitales y de las Redes Sociales, expresaron los chihuahuenses al leer la noticia de “su 93%” de aprobación. Eso, le daría una mejor -y más confiable- estadística de lo que los ciudadanos piensan del servicio.
Duarte también debe considerar que no sólo los usuarios tienen derecho a opinar sobre el servicio, porque ellos no son los únicos que se han visto afectados con el ViveBús (especialmente por la ruta troncal); tan es así, que tuvieron que hacer algunas adecuaciones, que por cierto, no han sido suficientes para solucionar la problemática vial.
Ya es tiempo de que César Duarte deje de justificar sus errores diciendo que es víctima de un boicot, o en que hay quienes sólo quieren desestabilizar al estado. Que no se le olvide que al tomar protesta, se comprometió -entre muchas otras cosas- a desempeñar por el bien y prosperidad del estado, el cargo que el pueblo le confirió. Hay un mundo de diferencia entre un “boicot”, y que el pueblo le esté demandando que haga bien su chamba; por lo que no es necesario hacer -o inventar- encuestas cada vez que el pueblo le demande que lo haga.
En esta ocasión, concluyo con una reflexión del inversionista y empresario estadounidense, Warren E. Buffett: “Una encuesta de opinión pública, no es un sustituto para el pensamiento”.
Aída María Holguín Baeza Correo: laecita@gmail.com
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