Cruzada o ¨Me salí del huacal¨…por Luis Villegas
Larednoticias.com y Tiempo. 2 y 16 de octubre y 3 de noviembre de 2009. El Diario de Chihuahua. 01 de agosto de 2010. Las notas dicen así:
“A los delegados Federales les negaron la entrada al V Informe de Reyes Baeza. […] Los delegado federales, no los dejaron entrar a el quinto informe del gobernador José Reyes Baeza se fueron todos juntos a el centro de convenciones”.[1]
“Los diputados azules rompieron lanzas, cuestionaron con inusual rudeza al mandatario estatal y dejaron advertido que ese será el tono futuro. […] Esa posición de los diputados quién sabe si la comparta la dirigencia estatal y su Presidente, Cruz Pérez Cuéllar, quien estuvo en primera fila escuchando el informe “masivo” del Gobernador en la ciudad de Chihuahua…y en Juárez también”.[2]
“El presidente del PAN Estatal, Cruz Pérez Cuéllar […] Dijo que ese posicionamiento lo hicieron los diputados en la tribuna del Congreso y que él solo fue notificado un día antes de que se pronunciaran. […] Pérez Cuellar llamó a respetar todas la posturas, y destacó que se ven avances en algunas áreas como lo es la infraestructura carretera y la hidráulica”.[3]
“Reunión del Consejo Estatal. Expulsan a Blanco y Reyes Roel del PAN. El Consejo Estatal también pidió la expulsión del abogado del Partido Luis Villegas Montes por las acusaciones que ha hecho en contra de Cruz Pérez Cuéllar”.[4]
Con ese método que me caracteriza, debo proceder, primero, a explicar el título que encabeza estas líneas, aunque no necesariamente en el orden en que se halla escrito; para luego entrar en materia. Esta exigencia la dicta la necesidad pues es claro que se podría prestar a equívocos lamentables, concretamente, en las cabecitas locas de algunos de los consejeros locales del Partido en esta Entidad y, la verdad sea dicha, no está en mi ánimo enzarzarme en escaramuzas bobas a partir de desencuentros meramente semánticos.
Lo de “me salí del huacal”, no se vaya a creer que es una confesión sui generis o un improvisado mea culpa respecto de las supuestas faltas que se me imputan y que me hacen merecedor de dejar las filas del Partido según la entendida opinión de preclaros y preclaras integrantes e integrantas del Consejo Estatal del PAN que, al parecer, forman mayoría en ese órgano. En lo absoluto. La expresión es una llamada de atención que me dirijo a mí mismo pues ya había yo manifestado mi intención de no tocar temas tan agrios como los electorales y, sobre todo, los postelectorales e incluso escribí esa reflexión que llevaba el explicativo título de “Volver al redil” pero ya ven; aquí estoy, como traído de los escasos pelos (que ya me voy a dejar crecer otra vez, por cierto, pues según la entendida opinión de propios y extraños hay derecho a ser feo pero no hay derecho a abusar), obligado a incursionar en tan áridos temas a efecto de hacer una apología de mi maltratada persona.
Lo de “Cruzada”, no es ni una referencia a la película protagonizada por Orlando Bloom ni una alusión a las incursiones medievales de la Iglesia Católica en tierras moras, no señor; por “cruzada” debe entenderse otra belicosa ocurrencia de Cruz Pérez Cuéllar, Presidente del Comité Estatal del PAN en Chihuahua; en este tenor, una “cruzada” es un extravío, un exceso más, otra burrada de Cruz, pues. Para decirlo pronto y de manera elegante.
Esta vez, a Cruz le dio por pedir mi cabeza -¿para qué la quiere así peloncita? Me pregunto yo- al Consejo Estatal del PAN; eso no me extraña, no es la primera vez que a Cruz le da por querer correrme, lo que me extraña es que el muy tontito no entienda que no más no puede, primero; y segundo, que el Consejo Estatal del PAN, teniendo cosas más de provecho en que agotar esas tardes bochornosas del mes de julio, las consuma en esta implacable y selectiva persecución de militantes a efecto de distraer la atención del panismo local sobre lo que debería ser no sólo su principal sino su único motivo de interés y preocupación: Recomponer un PAN que se desmorona y que por primera vez en más de 20 años gobernará una ínfima parte de la población del Estado, verá decrecer su número de legisladores a la mitad -o menos- y el prestigio no le alcanza ni siquiera para convencer al ciudadano promedio de que compre un paraguas en medio de un aguacero.
El 29 de noviembre de 2009 dije refiriéndome al desempeño de Cruz Pérez Cuéllar:[5] “El mejor ejemplo de sumisión y servilismo que podría pedirse de cualquiera, lo constituye esta Presidencia de cables cruzados que:
A Defiende públicamente la trayectoria de uno de los alcaldes juarenses con una de las administraciones más corruptas en la historia del PRI;[6]
No vela por el respeto a la dignidad de los funcionarios públicos panistas;[7]
No sólo no apoya las iniciativas de los diputados de su Partido, sino que se deslinda de éstos en el desempeño de su encomienda;[8]
No defiende los intereses de su Partido frente a la comisión de delitos que le atañen directamente al panismo como son el robo y el abuso de autoridad;[9]
A Públicamente legitima el desempeño del titular del Poder Ejecutivo del Estado y ensalza algunos aspectos de su gestión,[10] y
A Públicamente -¡Arroz! (diría Mauricio Garcés con su voz aguardentosa entrañable)- destaca el trabajo realizado por uno de los servidores públicos que más se ha servido ilegalmente de su posición para apuntalar proyectos personales”.[11]
Es decir, desde siempre, al comentar sobre la gestión Pérez Cuéllar, lo he hecho sobre la base de documentos públicos, sin revelar información confidencial, en pleno ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión y sin faltar a la verdad en un solo renglón; sólo falta que se pretenda que un servidor o los otros tres coacusados seamos responsables de los deplorables resultados del pasado 4 de julio o que dicha responsabilidad -real o supuesta- sea más significativa que la desastrosa gestión del Presidente del PAN en Chihuahua. Sólo falta que esta ridícula expedición punitiva valore más los supuestos fallos de 4 militantes en perjuicio de quien (o quienes) guardaron un sospechoso y gravoso silencio durante la pasada contienda respecto de los yerros y omisiones de las autoridades estatales, aliándose, por acción u omisión, con aquellos que hicieron del PAN y del Gobierno federal los únicos responsables del terrible estado de cosas que se vive en Chihuahua.
Como sea, les comento a mis furibundos acusadores que no me preocupan ni tantitito; no veo entre ellos a un solo abogado decente (ni indecente tampoco) que valga la pena, empezando por Cruz que ha sido un administrador de segunda, un político de tercera y un abogado de cuarta incapaz de redactar un oficio para pedir copias; los consejeros adictos a Cruz, su mayoría en el Comité, Cruz mismo, solos, en bola, por separado, con Cruz o sin Cruz, por la vía civil, penal, administrativa o estatutaria, me hacen los mandados.
Luis Villegas Montes.
luvimo6608@gmail.com,
Últimos comentarios