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Delicias una tierra cargada de emociones, 83 años…por Jesús José Meléndez Hermosillo

 

01Por.- Jesús José Meléndez Hermosillo—

El tiempo transcurrido en 365 días que tiene cada año debe de ser de emociones y de pasión más cuando se trata de la tierra en la que nacimos y nos desarrollamos, pues así lo dicta la sociología: indicando que hay tres cosas importantes para el hombre: La tierra, Dios según la idea de él y la familia.

Con estos tres elementos sustentamos la vida y la importancia de existir de las sociedades: de cada país, de cada estado y de cada pueblo en particular que se establece en el mundo y Delicias no escapa a ese principio sociológico.

Mucho se ha dicho sobre el motivo de la fundación de este asentamiento, el más joven del estado; su motivo la agricultura para aprovechar el cuerpo de agua de la presa Boquilla enclavada en el municipio de San Francisco de Conchos cuyo origen data de entre los años 1906 a 1910 y generadora de electricidad a partir de 1915 e inaugurada oficialmente en 1917.

Abrió su espacio para recoger los sentimientos y las creencias de mucha gente que llego aquí de lugares distantes para convertirse en una tierra prospera y afectos, trascurriendo su vida en franca transformación de acuerdo a las necesidades que le ha tocado vivir, pero al final y hasta nuestros días su gente el baluarte más importante de su esencia: primero como un pueblo de costumbres genuinas, después como reconocido municipio y luego como ciudad así es Delicias de siempre.

Ciudad de nobleza indiscutible que ha dado la oportunidad a gente de crecer y ejercer su vocación, tradicional por naturaleza, progresista de oficio, maravillosa en su trazo pero sobre todo fomentadora de ideas y de trabajo para llevar el sustento a casa porque aquí la familia sigue siendo lo principal.

Un cumpleaños es algo significativo, en él se involucra toda la familia, se mata el marrano, se preparan los chicharrones, se fríe la carne para cocinar el asado y lista la reunión, sin faltar la tradicional piñata y la colación.

Una fiesta tiene: emociones llenas de espiritualidad y armonía, más cuando se trata de una tierra que apenas tiene 83 años de haber sido abierta a la vocación agrícola, donde confluyeron ideas y proyectos que han fructificado y transformado el entorno donde vivimos, trabajamos, nos divertirnos, gozamos, sufrimos todas esa emociones que son las únicas que se van con cada persona.

Fuimos felices en las matinés en los cines de la ciudad las máximas diversiones de la época, de comidas ni que decir cada uno de esos lugares con el sabor particular de cada estilo de la cocina en fin todo ello forma parte de este Delicias, que sigue soñando y proyectado ser cada día mejor.

En fin así comienza otro año…en una tierra que vale.

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