Derecho la flecha al pecho (Tercera parte de III)…por Luis Villegas
Porque ésa es otra historia. Hace casi año y medio, en El Heraldo de Chihuahua se publicó la siguiente nota: “Repudio total al aumento de presupuesto de partidos. ‘Es una burla’, opinan. La ciudadanía expresó ayer su repudio a que los partidos políticos reciban más dinero, particularmente en los albores de una crisis económica que dejará sin empleo a miles de chihuahuenses, como parte de sus secuelas”. [1] Es más, en ese ánimo premonitorio que me caracteriza si de maldades y desgracias se trata, el 14 de agosto de 2009 escribí: “Me anticipo: Mienten absolutamente todos: […] los diputados del Congreso, los consejeros, los titulares de los partidos o sus dueños (como el del PT), todos, no es cierto: Estas carretadas del dinero infames no van a servir para un demonio en el próximo proceso electoral; por lo menos, no para que éste discurra como debe discurrir: en estricto respeto a los principios que deberían regir la contienda electoral, contenidos en el artículo 36 de la Constitución local que entre otras cosas, establece en su segundo párrafo que: ‘Los procesos electorales ordinarios se celebrarán cada tres años y se sujetarán a los principios rectores de certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad e independencia’”.[2]
Y así como no me equivoqué en que Holanda iba a llegar a la final e iba a perder contra Alemania -o España- no me equivoqué en este otro asunto. De las tablas anexas se desprende que:
ü En un lapso de apenas 9 años -de año electoral a año electoral- su presupuesto creció un 116%; precisamente en un País donde la inflación se ha mantenido por más de una década en sus índices más bajos;
ü En este sentido, de 2004 a 2010, su presupuesto creció un 87.94% y en reciprocidad el abstencionismo aumentó del 56.80% al 64.02%: Casi 8 puntos;
ü Si eso se puede decir del IEE otro tanto se puede afirmar de manera categórica del desempeño del PAN en la Entidad. En 2001, en una elección intermedia, el porcentaje total de su votación fue de 41.23%,[3] justos 10 años después apenas consigue un mísero 39.93% en la elección a Gobernador y, según el PREP, ¡apenas 2 distritos de 22 en disputa, tratándose de las elecciones para diputados!
ü Sin embargo, no puede afirmarse lo mismo de su presupuesto que, sólo por mencionar el financiamiento estatal y sin contar el federal, ha tenido un crecimiento espectacular -agárrese si está de pie- de 753%. Como lo lee, el presupuesto del financiamiento del PAN creció exponencialmente y su rendimiento ha sido peor que nunca, y
ü No es cuestión de observar sólo el porcentaje, sino del número de votos captados, por supuesto; pues en 2004 alcanza 411 mil 162 sufragios, en tanto que el pasado domingo apenas sí llegó a la meta de los 376 mil 494 votos; es decir, 34 mil 668 menos que 6 años atrás pero, no se le olvide, lector, lectora, con un padrón mucho más grande pues en 2004 había 2 millones 247 mil 678 ciudadanos empadronados en tanto que este año hay, como ya vimos, 2 millones 555 mil 416 ciudadanos registrados, casi 300 mil más.[4] Todo, según la propia información del Instituto publicada en su sitio.
El PAN no está vencido, es cierto; está quebrado; roto desde su interior por líderes venales, corruptos e incompetentes. Falta ver la reacción de las y los panistas de Chihuahua; falta ver si doblan la cabeza como el 2009, incapaces de una verdadera autocrítica y engañados por los sueños de opio de una panda de inútiles que los engatuzó con el cuento del 2010 mientras se hinchaban los bolsillos con esa misma excusa.
Falta ver si la dignidad, el amor al Partido, pero sobre todo, la exigencia de regresar al PAN la imagen limpia que lo caracterizó por casi seis décadas, bastan para, ahora sí, permitir que sean la razón, el bien común, la identidad con las mejores causas sociales y la inteligencia, los únicos que lo guíen en su devenir histórico y en la recuperación de su espacio natural en el suelo chihuahuense.
Hago votos porque no sean, otra vez, el miedo, la ignorancia, la desvergüenza, la esperanza vacía -vaciada-, el olvido, la codicia y el cinismo, los factores que sirvan para elegir a la próxima dirigencia. En el 2009 no se hizo nada y ya ven cuánto nos costó.
En la famosa carta que en 1928 don Manuel Gómez Morín dirigiera al licenciado José Vasconcelos, en un párrafo decisivo se aprecia la intención de crear un partido político y la finalidad de éste: “… En resumen: ¿vale más lanzarse a una lucha que pueda llevar a los grupos contrarios al exterminio, para lograr el triunfo inmediato o perderlo todo, o vale más sacrificar el triunfo inmediato a la adquisición de una fuerza que sólo puede venir de una organización bien ordenada y con capacidad de vida?”.[5]
En el informe que rindiera a la Asamblea Constituyente del partido, don Manuel sería más explícito: “Lo importante… es formar de nuevo la conciencia nacional dándole otra vez el sentido histórico de la realidad y del destino de México”.[6]
Esa misión asignada al PAN se reiteraría en el transcurso de los años por venir: “Mientras no exista una conciencia pública organizada, actuante, ninguna fuerza externa podrá efectuar la necesaria renovación de la vida pública de México”;[7] “sin maniqueísmos ni reticencias, hemos buscado por encima de los triunfos electorales la formación de opinión pública”.[8]
De modo rotundo, en época más reciente, María Elena Álvarez de Vicencio vendría a confirmarnos en esa opinión: “Desde su fundación, el Partido se propuso formar cívicamente a los ciudadanos, con miras a crear una conciencia cívica nacional”.[9]
Y la toma de consciencia arranca siempre con un auténtico ejercicio de autocrítica; el engaño, propio o inducido, nos lleva -como nos ha llevado ya-, a este punto, el más deplorable en la historia reciente del PAN en Chihuahua. No es sólo un fracaso electoral, que conste; es un descalabro en lo político, en lo moral, en lo social. El PAN, la noción de éste, se ha desdibujado a partir de actos de corrupción, de fraudes internos, de silencios cómplices, de lealtades y compromisos inconfesables, de traiciones abiertas y oportunismos voraces. Es preciso que en los hechos el PAN vuelva a ser lo que era: Referente del quehacer político digno, ético, responsable y comprometido.
No es tan difícil; después de todo, ya lo dijo el Chapulín Colorado: “¡Síganme los buenos!”.
Luis Villegas Montes.
luvimo6608@gmail.com
elias
July 14, 2010 at 11:16 am
GRACIAS LUIS POR TU INFORMACION Y LA MANERA DE MANEJARLO. SE AGRADECE QUE PERSONAS SE DEN A LA TAREA DE INVESTIGAR CIFRAS,DATOS, Y FECHAS , DE CUESTIONES TAN IMPORTANTES. SOLO ME GUSTARIA QUE UN DIA LOS PRINCIPIOS DE ACCION NACIONAL FUERAN PUESTOS EN PRACTICA, PERO QUE FUERA REAL, ESTO ESTOY SEGURO NO LO VEREMOS JAMAS…… ES UNA UTOPIA. PORQUE,? PUES POR LA CANTIDAD DE INTERESES QUE IMPIDEN EL EJERCICIO PLENO DE LA DEMOCRACIA.