Editorial…por Luis Villegas
El Observador y El Diario. 26 y 27 de octubre de 2009.
Las notas dicen así:
“Define PAN Comité Estratégico para 2010”.
“Declaraciones del Gobernador a revista Proceso crean olas”.[1]
1.- Ni modo. La volví a ver. El fin de semana volví a verla. Que conste, la vi en el cine, ya la compré en una tienda departamental (diga “no” a la piratería siempre que sea posible) y sin embargo, en el inevitable zapping masculino la hallé en no sé qué Canal y ahí me quedé.
2.- “300” Es un filme bastante gráfico, lleno de cadáveres, sangre, huesos rotos, miembros cercenados y gestos heroicos, basado en un tebeo de Frank Miller; cabe señalar que no me propongo convertirme en un improvisado crítico de cine pero es que, “300”, desde la primera vez que la vi, produjo en mí una serie de reflexiones.
3.- La película narra una saga de traiciones, engaños, apetitos desbordados, egoísmo, falso patriotismo, ignorancia, pobreza de espíritu, vulgar codicia e intereses mezquinos; pero al mismo tiempo, cuenta una historia de amor, valor, heroísmo, fuerza, coraje, virtud, pasión, honor, lealtad y sacrificio.
4.- El marco que sirve de telón de fondo a este ejercicio casi onírico, lo constituye la Batalla de las Termópilas (del griego “thermopylai” o “puertas calientes”), desfiladero situado al sureste de la ciudad de Lamía, entre el monte Oeta y el Golfo de Malia. Su elevado valor estratégico se debía a que controlaba la entrada al centro de Grecia desde el noreste. En el 480 a.C. las Termópilas fue escenario de una gesta memorable: la muerte del rey de Esparta, Leónidas I, y de sus 300 conciudadanos (de ahí el nombre de la película).
5.- La batalla ocurrió al intentar contener la invasión persa encabezada por el rey Jerjes I. Efialtes –un desertor originario de Traquis, en Tesalia– traicionó a los griegos entregándolos al ejército invasor, el que cruzó un paso por encima de la montaña y los atacó desde la retaguardia. La abnegación de Leónidas y sus soldados les permitió a los lacedemonios reorganizar sus huestes y el mismo año vencieron a los persas en Salamina; un año más tarde lo hicieron de nuevo en Platea y Micala.
6.- Hasta el día de hoy, Esparta es sinónimo de frugalidad, arrojo y entrega a la polis, entendida como un orden de vida superior.
7.- Antes del enfrentamiento, propiamente dicho (todo, según la cinta), Jerjes intenta convencer a Leónidas de que le rinda vasallaje; a cambio le ofrece: poder, prestigio, gloria; el espartano se limita a matar al heraldo por atreverse a tamaña sugestión. Para Jerjes el asunto es muy simple: “Sólo necesito que te humilles ante mí” -se explica-; y Leónidas lo mira como si quisiera devorarlo y el persa se hubiera vuelto loco.
8.- En el extremo opuesto, el corcovado Efialtes, tasa su precio en una breve sentencia: “Lo quiero todo. Riquezas. Mujeres”. ¿Todo? Pobre Efialtes.
9.- Empero, a partir de ambos extremos, podemos trazar perfectamente la historia de la humanidad. Por un lado, están aquellos que tienen un precio, cualquiera que éste sea: Riqueza, mujeres, poder, fama; por los cuales están dispuestos a comprometer cualquier cosa. No hay, para ellos, nada parecido a la dignidad o a la honra, al prestigio o al buen nombre. Sólo su apetito desbordado y el medio más a la mano, por indigno o infame, para conseguir su objetivo.
10.- Y están los otros. Ésos para quienes la vida es algo más que una mera sucesión de días. Que creen en cosas superiores, en vidas trascendentes, entregadas a fines más allá de la urgencia cotidiana, los fines inmediatos o los resultados visibles.
11.- Los 300, reos de su honor, empeñados en preservar su libertad, comprometidos con un objetivo vital, amantes de su ciudad, dieron su aliento por defenderla. No era su supervivencia la que estaba en juego. Estaba su patria, su nación, su descendencia, su cultura, su historia… su futuro.
12.- “Que nos fortifiquen sus acciones”, era el clamor a sus espaldas. Es decir: que no nos dividan, ni nos enfrenten, ni nos debiliten: “Que nos hagan más fuertes sus acciones” resonaba en los oídos de los 300 esa exigencia.
13.- Desde entonces y hasta ahora es preciso preguntarle a quien funge o se ostenta como líder: ¿nos hacen fuertes tus acciones? ¿Nos dispersan? ¿Nos confrontan? ¿Nos agotan?
14.- La noción intrínseca detrás de la idea de liderazgo es la fortaleza del grupo, de la comunidad, del pueblo. El liderazgo, como instrumento, debe servir para hacernos mejores. A todos, no a unos cuantos ni a unos pocos.
15.- Fortaleza entendida no únicamente como medida de fuerza; sino también como unidad, rumbo, sentido, propósito, coherencia.
16.- Un liderazgo ejercido de esa forma y llevado a la práctica hasta sus últimas consecuencias por fuerza será noble; se apartará de la vileza, no se servirá de la indignidad ni conocerá el descrédito.
17.- Lo otro es más de lo mismo y, en nuestro medio -en este México lindo y querido, este Chihuahua valiente, noble y leal-, es un priísta con camiseta del PAN, banderín del PRD, miembro del SNTE, cuate del alma del Niño Verde e hijo predilecto de Rubén Aguilar Jiménez.
18.- “Escucha Efialtes -se pregunta en voz alta Leónidas-: ¿Dónde está la vergüenza? ¿Dónde está el honor?”.
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