El cinismo de Elba Esther…por Aída María Holguín
-FRASEARIO-
El cinismo de Elba Esther
cinismo. m. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.
Con esa definición, queda claro que lo expresado por Elba Esther Gordillo durante la conferencia de prensa que marcó su retorno a la vida pública, es cinismo puro. Ahora que sí le sumamos el hecho de que optó por reaparecer justo el mismo día que arrancó el ciclo escolar 2018-2019, es cinismo en su máxima expresión.
Durante esa conferencia de prensa, y casi al punto del llanto, Elba Esther dijo ser víctima de una persecución política, del acoso y de la injusticia, producto de un expediente basado en mentiras y acusaciones falsas para hacerla ver culpable de algo de algo que no cometió. Luego, mientras mostraba los documentos que justifican judicialmente el acuerdo de su liberación, se declaró inocente.
Lo que ella no dijo, es que ese decreto (resolución, fallo, veredicto, acuerdo, o como quieran llamarle) de liberación se dio gracias a la “curiosa casualidad” de que la PGR no presentó pruebas suficientes que sustentaran la acusación en su contra, por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada. Es decir, que su liberación fue ordenada no porque en realidad fuera inocente, sino porque “no hubo manera” de comprobar su culpabilidad (por más evidente que haya sido).
Con la resolución de liberar a Gordillo, implícitamente invocaron y aumentaron exponencialmente su personalidad cínica que, ahora, interpreta a través del papel de víctima. Y así, ubicada en ese papel, tenemos como resultado a una Elba Esther más envilecida y ensoberbecida que amenaza con recuperar lo que piensa que le pertenece; o sea, el SNTE.
El asunto es, que el monstruo (entiéndase Elba Esther) que liberaron no es el mismo que atraparon. Ahora, gracias a que le dieron el papel de víctima, el monstruo se siente con la autoridad moral no solo para condenar y criticar todo lo que ella -y solo ella- considere que no es lo adecuado para el sector educativo y Sistema Educativo Nacional, sino también para dirigir y liderar “desinteresadamente” al SNTE. Y quien crea que Elba Esther es una inocente víctima, y que su interés de reincorporarse a sus actividades es pensando en mejorar el Sistema Educativo y las condiciones del sector (con todo lo que ello implica), será en realidad la víctima. Una víctima más del cinismo de Elba Esther.
En esta ocasión, concluyo citando lo dicho alguna vez por el filósofo, catedrático y político neozelandés, Jamie Whyte: “El cinismo, al igual que la credulidad, es un síntoma de las facultades críticas subdesarrolladas”.
Aída María Holguín Baeza
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