En Chihuahua el miedo no anda en burro, se traslada a bordo de lujosas unidades y fuertemente custodiado.
Cuando aludimos a la multicitada frase de “el miedo no anda en burro”; generalmente lo hacemos en referencia a aquellas personas que suelen presumir su valentía, pero que al enfrentarse a un “peligro” emprenden la graciosa huida; lo cual, no podría hacerse en burro por la lentitud que caracteriza a este noble animal.
Al iniciar su mandato, César Duarte inauguró lo que se presumía como “una nueva era”. Basta recordar la extensa fila de personas que concurrieron a rendirle pleitesía al estrenado mandatario que gustaba de presentarse ante miles de chihuahuenses con el fin de alimentar su ego con el aplauso y la porra plañidera.
Muy distinto a lo que sucedía en aquellos ayeres, de un tiempo a la fecha es público y notorio el filtro y control que se tiene en los eventos a los que asiste el mandatario. Y es que desde hace un buen tiempo César Duarte supo lo que los chihuahuenses realmente piensan de su mandato. Las rechiflas y abucheos que en múltiples eventos ha recibido son muestra de ello.
De ahí, que el gobernador haya optado por no asistir a una serie de eventos que en otras épocas jamás hubiera desperdiciado, situación que debe ser realmente frustrante quienes alimentar su ego es una necesidad básica.
Temeroso de recibir -de nueva cuenta- muestras de desprecio por parte de sus gobernados, el titular del ejecutivo estatal en Chihuahua no dirigió ningún mensaje inaugural o de clausura a la multitud reunida en las instalaciones de la Feria de Santa Rita Expogan 2014.
Otro caso similar, fue el del Festival Internacional Chihuahua, en el que no sólo no dirigió un mensaje, sino que convenientemente programó un viaje a China para no estar presente en la inauguración de uno de los eventos que más le redituaba a Duarte -en cuanto a egocentrismo se refiere-.
No faltará quienes sigan tratando de hacernos creer que el gobernador le interesa más ir en búsqueda de inversiones para el Estado, que estar presente en un evento de esta naturaleza; sin embargo, los que conocemos su “modus operandi” sabemos que César Duarte no es de los que desperdicia la oportunidad de lucirse frente a públicos tan numerosos.
Duarte tiene miedo de seguir enfrentando el evidente rechazo de los chihuahuenses, y eso es claro. Y es que después de haber recibido rechiflas, abucheos y reclamos en diversos eventos celebrados en el año 2013 y en este 2014, resulta “extraño” que ahora solo concurra a eventos en los que el público asistente es afín al Gobernador o al partido político al que pertenece, o que puede ser controlado por diversas circunstancias.
Incluso, recientemente trascendió en los medios de comunicación locales que se está considerando la idea de que este año el gobernador Duarte dé el Grito de Independencia en Hidalgo del Parral, y no en la capital del estado como es la tradición.
Independientemente de que se concrete o no lo anterior, el Gobernador tiene motivos de sobra para estar muy preocupado de las “muestras del cariño” que los chihuahuenses le ofrecerán en el próximo evento masivo al que se atreva a asistir.
El caso es que podrán seguir organizando reuniones “a la medida” de Duarte para que su ego no muera de inanición, pero vaya a donde vaya -si es que se vuelve parar frente a un público que sus guaruras y funcionarios no puedan controlar-, seguramente va a tener que emprender la retirada por la “puerta trasera”, y en algo más veloz que un burro.
En esta ocasión, concluyo con una reflexión de autor desconocido: “Aquellos que temen, se sienten débiles y por ello atacan incluso a quien sólo quiere hacerles bien.”
Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com
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