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El último del año…por Aída María Holguín

Faltan pocos días para que se termine el año, y eso implica que -por obvias razones- este artículo sea el último que escriba en este ya agonizante 2016.
Tratándose del último artículo de este año, encuentro pertinente y necesario agradecer a todos y cada uno de los lectores que a lo largo de este año dedicaron parte de su valioso tiempo para leer (no “ler”), comentar o sugerir los temas abordados cada semana en este espacio de opinión; y -por supuesto- agradecer de manera especial a los medios de comunicación que, como parte de la función que desempeñan dentro de la sociedad, los publicaron y -en su caso- difundieron.
Sin duda alguna (mientras tenga vida) este no será el último año en el que -convencida de estar transmitiendo el sentir de muchos- utilice la escritura como una modesta forma de alzar la voz.  Es por esto que, aún y cuando el fin del año 2016 -y la subsecuente e llegada del 2017- supone un periodo en el que amanecerá para todos, “quitar el dedo del renglón” no es una opción.
No es una opción porque nunca, ni bajo ninguna circunstancia (buena o mala), debe desaparecer el hábito de investigar, analizar, reflexionar, y manifestar libremente las opiniones; menos cuando se trata de asuntos relacionados con el interés público.
Tal es el caso de los asuntos “particulares” que se generaron a partir de que se anunció el triunfo de Javier Corral como gobernador, mismos que -de manera general- se han dado o incrementado debido a las altas expectativas los chihuahuenses, y que es un hecho que -en su caso- con el “simple” cumplimiento de las promesas que hizo como candidato, no será suficiente para que todos y cada uno de los chihuahuenses tenga su propio y bonito amanecer.   Eso, indudablemente, también ameritará del análisis y la reflexión argumentada.
Y es que para que la era que marcará el “antes y el después” -o sea, en la que según el actual Gobierno de Chihuahua habrá nuevos y mejores amaneceres para todos y cada uno- se concrete, es obligatorio -como ya se dijo- no quitar el dedo del renglón; es decir, seguir participando activamente como verdaderos ciudadanos.  Cada quien haciendo -desde su trinchera- lo que le corresponde; y entonces, ya con la calidad moral requerida, señalar o exigir todo aquello que deba ser señalado o exigido.  Solo de ese modo (con la participación ciudadana) será posible materializar el anhelo de un mejor futuro para Chihuahua.  Queda entonces prohibido volver a esa zona de confort en la que se piensa que con votar y elegir a los gobernantes es más que suficiente.
Como ya es bien sabido, enfrentar y superar la grave crisis en la que se encuentra la entidad no es cosa sencilla ni, mucho menos, tarea de unos cuantos.  Es precisamente por eso que resulta imprescindible que todos y cada uno de los chihuahuenses asuman que se trata de un asunto que demanda de su participación activa que facilite la construcción de la ciudadanía que, a su vez, posibilitará realmente la reconstrucción de un Chihuahua próspero (en todos los sentidos) como el de antaño.  Entonces, para que eso suceda, es necesario dejar de ser simples y cómodos habitantes que culpan de todos sus males a los políticos; es decir, comprender que ser un buen ciudadano, más que una guía, requiere de voluntad y definición. Dicho en otras palabras, asimilar que hay una corresponsabilidad en lo que todo lo que sucede y actuar en consecuencia.
Hoy más que nunca, Chihuahua necesita buenos ciudadanos.  Chihuahuenses (en el sentido amplio, no solo del gentilicio) que no esperen el llamado a participar para hacerlo, chihuahuenses unidos no solo a la hora de exigir, sino también a la hora de cumplir con las responsabilidades que les corresponden.  Solo así habrá un nuevo y mejor amanecer para todos y cada uno.
Sirva pues este último texto del 2016, como un exhorto a conservar o crear la conciencia política, cívica y ética requerida para enfrentar y superar las situaciones críticas como las que actualmente se viven en todo el país, pero particularmente en el estado de Chihuahua.
En esta ocasión concluyo con lo dicho alguna vez por el matemático, astrónomo, geodesta y físico alemán, Carl Friedrich Gauss: “…yo escribo lentamente. Esto es principalmente porque nunca estoy satisfecho hasta que he dicho todo lo posible en pocas palabras; escribir en forma breve toma mucho más tiempo que escribir largo y tendido.”
P.D. ¡Nos leemos en el 2017!
Aída María Holguín Baeza
Correo electrónico: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com
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Aída María Holguín Baeza

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