El voto útil…por Luis Villegas Montes
Ya he escrito sobre el voto útil.
Con el cuento de que sólo tengo diez u once lectores, me veo en la penosa necesidad de repetirme para ilustrar a este apartado —aunque pintoresco— confín de la República.
El “voto útil” tiene distintas connotaciones; para José Antonio Crespo es un voto que se emite contra el Candidato propio —porque se estima que va a perder o no se coincide con él— a favor del de otro Partido;2 en ese sentido, para el especialista Imer Flores, existen muchos tipos: el de control, plural, crítico, etc.3
Para mí, voto útil es un voto racional, ponderado, desprovisto de partidismo y que se emite al margen de preferencias personales.
De este modo, por ejemplo, el llamado de AMLO al “voto útil”4 es una marrullería, una trampa; no puede ser voto útil el que se emite a favor del puntero; ése sería un voto de conveniencia; es un voto interesado que se emite motivado por fobias y apetitos personalísimos de quien lo promueve; y, para colmo, por alguien que no puede considerarse “imparcial” u “objetivo”; su obsesión personal —que dura ya 12 largos años— nubla su juicio y confunde su entendimiento de tal suerte que, en ese trance, no es posible tomar con seriedad su dicho.
El voto útil es un llamado a la inteligencia del elector para que vote por la mejor opción a su juicio, cuando las demás alternativas —incluida su preferencia personal, obvio— ya no son viables, como sería el caso de los priístas y Meade —o los partidarios de “El Bronco”—, quienes en esta etapa del proceso ya no tienen la menor posibilidad de ganar.
El “voto útil” es todo lo opuesto a aquello que proponen AMLO y MORENA pues, como ya dije, es un voto que se emite atendiendo al cálculo, no al arrebato ventajoso; a la reflexión, no a la pasión facciosa y convenenciera. En suma, “voto útil” es aquél que se emite por la convicción que genera la necesidad de orientar el sentido del sufragio y, con ello, el rumbo de la elección.
Votar por AMLO ciertamente no es votar por el PRI, es peor; el PRI es el de Peña Nieto y el de Meade Kuribreña; votar por AMLO y sus secuaces es votar por una regresión; es un voto de añoranza por un pasado lleno de caudillos, violencia, cerrazón, intolerancia, populismo y demagogia.
Tal y como escribí hace seis años: difícil decisión la de los priístas pues deberán debatirse entre seguir la línea del Partido a favor de una candidatura que hace aguas por todos lados o hacer uso de sus facultades intelectuales para decidir lo mejor para México. El tiempo dirá de qué están hechos.
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