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Ella…por Rafael Velazquez Ramírez

E L L A*

(Con gran cariño para mi hijo “El Príncipe” Casarín)

RAFAEL VELAZQUEZ RAMIREZ

(ONASSIS)

            Era bella, tan hermosa y joven que cualquier humano hubiera dejado sido capaz de abandonarlo todo para ir a quedarse a vivir con ella…

            Era, sin embargo, una fácil… Era por eso que le decían “La Moderna”…

            Todo aquél que la vio se quedó extasiado: ¡Qué curvas, qué líneas, qué circunvoluciones!… Era ella, sin duda, el prototípico espécimen buscado por todo ser humano…

            Ella era, por su juventud y hermosura, la envidia y coraje de sus demás hermanas, viejas en demasía… Vivían en la casa más grande del barrio y en la más hermosa. Era por eso que ella y sus hermanas eran vistas con respeto y envidia en toda la calle…

            Ella era asidua a todo tipo de excesos y vida fácil… Sin embargo era trabajadora como pocas. Al salir el sol todo el ella era movimiento y acción… Pero al caer las sombras de la noche se transformaba… Esa extraña metamorfosis la hacía más hermosa y atrayente. Y el universo era pequeño comparado con lo que ella significaba.

            Los hombres y las mujeres que la acechaban esperaban ansiosos ese cambio, para gozar de la vida y de…Ella…

            Pero como nada es perfecto, ella tenía padres, tíos y primos que la cuidaban celosamente… Y también abusaban de ella… No le ponían la atención necesaria. Dejaban que las inclemencias del clima y el tiempo hicieran presa de ella…

            “qué al fin y al cabo” –pensaban- “sola se repone. Y todos aquellos que la aman harán algo por ella”…

            Es por eso que en la actualidad muestra ya rasgos de vejez prematura: profundas arrugas cruzan su prístina frente y enormes cicatrices laceran su otrora sonrosado y terso cutis…      

            Cuando yo la conocí me quedé prendado de ella y me fui a vivir bajo su amorosa protección. De esta manera pude darme cuenta de los males que la aquejan…

            A su corta edad, sus parientes le permiten que fume, que se desvele y dejan que sobreviva entre la podredumbre confiados en su juventud y entusiasmo…

            Definitivamente no hay quien resista ese paso y ahora es una mujer joven con achaques de una anciana…

Es por eso que escribo: ¡¡¡Para ver si alguien puede ayudarme a hacer algo por ella!!!…

Por ella que lo ha entregado todo a cambio de nada…

Por ella que se muere en la flor de su juventud…

Por ella que es y ha sido el bálsamo, para todo tipo de generaciones…

Por ella que, aunque llore, sigue dándonos esa fuerza vital que usamos todos los días para seguir viviendo…

Por ella que soporta todo tipo de vejaciones solo en pos de nosotros, los que vivimos con ella…

Por ella que nunca pidió nacer pero que, sin embargo, nos estamos confabulando para que ella misma pida morir…

Por ella que es la vida…

Por ella que nunca aprendió a decir “NO”…

Por ella que es la gloria en la tierra…

Por ella que desbordó todo su amor en el peor de sus hijos…

Por ella que hace nacer las flores en pleno invierno…

Por ella que es agua viva en el desierto…

Por ella que se muere debido al interés mezquino de quienes la rodean…

Por ella que tanto la quiero…

Por ella!!!…

            ¿Qué cómo se llama?…

            Se llama Delicias… Y se apellida Chihuahua, México…

            Delicias Chihuahua, México.

            Te ama Onassis…

PD. Casarín, mi Príncipe. ¡Estoy presente!

*Pronunciado por Rafael Velázquez Ramírez (Onassis), en el “Círculo del Reloj” en el año 2000, días antes de que abandonara a “ELLA”.

 

 

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