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Equilibrio de energías…por Samia

Equilibrar las diferentes fuentes de energía disponibles en el mundo es una opción para competir, a futuro, con los combustibles fósiles y reducir su consumo, la energía sostenible depende de tres factores: competitividad (suficiente disponibilidad de recursos y precios competitivos), seguridad del suministro (recursos gestionables, dependencia energética y estabilidad política) y respeto en la canalización (impacto aceptable y riesgos asumibles), con un eje transversal de equidad.

Se requiere un uso óptimo y moderado de todas las opciones, pues ninguna cumple a cabalidad esas características. Por ello, no será fácil prescindir de los fósiles y la energía nuclear se precisará para cubrir el hueco que dejarán los hidrocarburos.

Para resolver el problema, se necesita eficiencia, ahorro, captura y almacenamiento de dióxido de carbono, gas natural y energías renovables, entre otras. Estas últimas son parte importante de la solución, pues están repartidas en los países menos desarrollados, son muy abundantes, causan poco daño ambiental y un impacto social positivo. Pero sus costos son altos, no son muy eficientes, están dispersas y requieren mucho terreno disponible. Mientras, la nuclear enfrenta problemas de seguridad, altos costos y rechazo social.

La energía nuclear es una fuente positiva si se sabe manejar y es un millón de veces más grande que la lograda por otras fuentes. Los combustibles fósiles como gas, carbón y petróleo producen un electrón-volt, y la nuclear genera del orden de un millón de electrón-volts. Por eso hay que usarla.

La crisis ambiental, centrada en el cambio climático, obliga a emplear todas las fuentes. No hacer uso de las alternativas puede conducir a escasez, guerras y un cataclismo de dimensión planetaria. La nuclear puede sustituir a los combustibles fósiles, pero lo conveniente es hallar una matriz variable y flexible, para garantizar el suministro y encaminarse hacia una solución menos dañina para el ambiente.

El seis por ciento de la energía primaria mundial proviene de la fuente nuclear, pero disminuye desde hace 10 años. El declive (que se ha ubicado en 435 plantas, 429 de ellas en funcionamiento) apunta a la falta de seguridad y la liberación de sustancias radiactivas, que han generado accidentes como los de Chernóbil, en Ucrania, y Fukushima, en Japón.

La energía nuclear enfrenta costos enormes para enfrentar riegos, y que el mercado mundial se dirige a opciones limpias como la solar, eólica y geotérmica.

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