El “robo” al Complejo de “Seguridad” Pública Estatal también conocido como el C4 (Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones) en realidad no es otra cosa más que la estocada al Estado y a sus quebrantadas instituciones; en lo particular, al casi ex gobernador José Reyes Baeza y su procuradora de justicia Patricia González, por parte del crimen organizado.
Así, los que han hecho del estado de derecho un cuento de hadas, han enviado un claro mensaje de que en Chihuahua no pudieron ni podrán contra los grupos de criminales.
Una estocada, –en términos taurinos– se refiere al golpe final que da el torero para matar al toro, y no cabe duda que el narcotráfico ha dado un golpe final y de despedida a quien debió haber gobernado y a quien debió procurar la justicia por y para los chihuahuenses.
No podemos –bajo ninguna circunstancia– engañarnos a nosotros mismos pensando que el objetivo del asalto al C4 fue sustraer armamento porque lo que menos necesitan los grupos criminales son armas extra. Es bien sabido por todos, que el crimen organizado cuenta con armas mucho más poderosas que las usadas por los cuerpos policiacos del estado.
Este acontecimiento, definitivamente no es otra cosa más que una burla en doble sentido; por un lado, es una burla que viene del crimen organizado hacia las “autoridades” en turno en donde el mensaje es: “hemos hecho con ustedes lo que hemos querido, como hemos querido, cuando hemos querido y donde hemos querido”; y por otro lado, es una burla para los chihuahuenses porque el Gobierno del Estado exhibe así su debilidad, incompetencia y su tibieza porque ya ni siquiera el “brillante” C4 puede evitar ser víctima de los delincuentes.
A estas alturas, ¿qué podríamos esperar los ciudadanos comunes, si los encargados de nuestra seguridad son engañados como niños de 2 años? Luego escucha uno los spots del último informe de Reyes Baeza en donde se empeña en hacernos creer a los chihuahuenses que en 6 años cumplió. La pregunta es: ¿cumplió qué?
Porque las circunstancias y la realidad en la que vivimos hoy en día es muy diferente a la de hace 6 años, y mucho más diferente a la de 12 años atrás. Y no es una diferencia positiva en nuestra calidad de vida; es una realidad negativa en todos los sentidos y de la que tardaremos más años en salir que lo que tardó la actual administración en meternos.
Así las cosas en Chihuahua; hoy los chihuahuenses estamos más indefensos que nunca. Quizá lo que ha sucedido en nuestro estado es que el torero conocía tan bien a la ganadería que no fue nada difícil aventarse al ruedo para culminar con una estocada perfecta al gobierno estatal.
En tanto, a los ciudadanos de a pie nos restriegan en la cara una burda realidad: para quienes esperaban un toro bravo, salió al ruedo un “toro moro” que más bien es un flaco novillo haragán y despuntao.
La actual administración estatal está acabada y no hay más nada que hacer; el daño está hecho y ahora solo nos queda hacer a todos lo que nos corresponda para salir de este abismo en el hemos caído con la gran ayuda de las “autoridades”. Viene una nueva administración y tendremos que poner nuestro grano de arena –gobierno y ciudadanía—para recuperar aquello que abruptamente se nos arrebato y que al final de la siguiente administración Chihuahua tenga otra historia. –Hay que ser un buen torero y no un novillo despuntao–
Termino en esta ocasión con una frase del actor estadounidense William Claude Fields: “Llega un momento en los asuntos de los hombres en que hay que coger el toro por los cuernos y enfrentarse a la situación.”
Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: http://laecita.wordpress.com
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