Fresas con chocolate…por Luis Villegas
No sé qué se imaginó usted cuando leyó el título; pero seguramente no lo que yo quise decir: La idea que yo tengo de un “Fresa con chocolate” es la de un junior -entiéndase niño “bien” o “popis”- en un carro de procedencia extranjera sin papeles; o séase un “Pafo”. Yo, de “fresa”, lo único que tuve fueron las aspiraciones frustradas. En cambio, una vez, hace mucho tiempo, tuve un Ford scort azul. Huelga decir que el scort era “chocolate”. No me pregunte usted cómo, ni dónde, ni porqué, lo compré; me imagino que mi exiguo capital no daba para más. El caso es que por ahí andaba yo, a bordo de un carrito de cuatro cilindros sin aire acondicionado que, no más se le ponía o lo volteaba yo a ver feo, sin más trámites se iba al taller.
Como a cualquier otro vehículo mío -no vaya usted a cometer la sandez de intentar comprar un automóvil de mi propiedad, por más que yo le jure que el carro está como nuevo-, al carrito le di sus coscorrones. En uno de tantos, le tumbé el escape y ya se imaginará usted el escándalo. El estruendo era tanto que parecía la trompeta del Apocalipsis con sordina; todo era cuestión de subirme a él para que me sintiera yo Abbadón, el Ángel Exterminador del famoso Libro de San Juan. Antes o después me deshice de él -o él se deshizo de mí-, mi situación económica cambió horrores… y anduve a pie 2 años más.
Después compré un Citation color morado, regularizado, que me vendió muy barato mi entrañable mentor, el Lic. Muñoz, que yo creí que le había vendido a mi compadre Puente y que él creyó que se lo había regalado -porque nunca me lo pagó-. Malhadada operación de compraventa pues fue motivo de serias desavenencias entre yo, mi mujer y mi mamá -las dos en el mismo bando-, porque ellas ignoraban todo el apoyo y la amistad que le debía yo a mi compadre de nuestros años mozos, capaces de perdonar ese olvido y otros por venir.
Antes del Scort y del Citation tuve yo otro carro del que no puedo decir poco ni mucho porque no recuerdo la marca, ni el modelo, ni el color; pasó por mi vida raudo y fugaz como declaración banquetera de Diputado en lunes; sólo sé que era viejo, feo y “chocolate” también.
Lo que cuento a mis lectores para que conozcan mi experiencia de primera mano en esos menesteres. Narración que, por fuerza, quedaría en el terreno de la anécdota de no ser por el convenio que, días atrás, el Gobernador del Estado, Lic. César Duarte Jáquez, firmó con el Gobierno federal, denominado “Convenio Para el Ordenamiento del Parque Vehicular en la Zona Norte”. Así las cosas, creo saber de qué hablo cuando afirmo que ésta es una acción encomiable. Según los medios de comunicación, los aspectos más relevantes son:
Que el programa será permanente;
A su vez, el Gobierno del Estado se compromete a llevar a cabo un programa de “Cero tolerancia” respecto de los vehículos que no sean regularizados, los cuales serán decomisados;
El Secretario de Economía del Gobierno federal subrayó que el Programa se instrumenta a raíz de que las zonas fronterizas tienen una condición muy especial, como es, su inmediatez con los gringos, quienes cada año desechan 2 millones de unidades;
El convenio consistirá en dos etapas; la primera tendrá duración de 120 días e iniciará el 11 de abril próximo, posteriormente a esa fecha, serán detenidos los vehículos que circulen sin el permiso necesario, y
Mientras que en la segunda etapa, los vehículos que sean internados por primera vez podrán ser regularizados de manera permanente, ya que el esquema permitirá que los contribuyentes realicen la fronterización de vehículos sin el permiso previo de importación de la Secretaría de Economía.
Como de todo abunda en nuestra comunidad, no faltará quien se oponga al mismo o lo critique. En mi opinión, la medida no sólo viene a beneficiar a los poseedores de “carros chuecos”, al legalizar su patrimonio y aumentar su valor de venta; sino que, sobre todo, la regularización es un instrumento de combate a la delincuencia. Efectivamente, el Fiscal General del Estado señaló que ha sido instruido por el Gobernador para aplicar: “Cero Tolerancia” a la circulación de vehículos sin identificar en el Estado, porque: “Los más de tres mil homicidios que se cometen anualmente en Juárez son en vehículos no identificados y el hecho de no haber propiciado facilidades para regularizar los autos ‘chuecos’ ha dado lugar a múltiples delitos”.
Además, la apuesta por la prevención se da en todos los órdenes pues no sólo se beneficia a la población que posee un vehículo en esas condiciones, sino que con ello, se fortalece la llamada “Cultura de la legalidad”. Es decir, lo que en principio era la comisión flagrante de un delito -a media calle y a plena luz del día- como es la circulación de un vehículo importado de manera ilegal, con el consentimiento tácito de todos los órdenes de autoridad, se vuelve ocasión de regularizar la situación de todos los metidos en el ajo pues el importador paga los derechos correspondientes -beneficiándose como ya vimos- y la autoridad hace lo que debe de hacer: Mantener y asegurar el orden. Para que usted se dé una idea del problema, permítame comentarle que, en todo el País, se estima que existen por lo menos dos millones de vehículos de procedencia extranjera que no han sido regularizados. Sí señor, leyó usted bien: Dos millones de carros “chocolates”. Sólo a Chihuahua, se calcula que cada año ingresan 90 mil unidades, de las cuales, 10 mil se quedan en suelo estatal.
Créamelo, con esta medida, todos ganamos; empezando por el principio que es, ni más ni menos, predicar con el ejemplo por parte de ciudadanía y autoridad.
Por cierto, tengo una pick up, nacional, blanca, 2003, im pe ca ble. Si le interesa, ahí le dejo a usted mis datos.
Luis Villegas Montes.
luvimo6608@gmail.com
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