Sin tiempo suficiente para escribir estos párrafos, debo publicar estas líneas así, sin poder confirmar los datos.
Ocurrió lo que era previsible, no había manera de que la simulación, la manipulación y el fraude se pudieran imponer al auténtico espíritu del PAN. Ganó quien debía ganar y quien, sin duda, es la única que puede imponerse al candidato de MORENA.
Javier Corral tiene tiempo para rectificar, reinventarse y reconocer que todo lo que hizo, todo, estuvo mal. Quizá sea su última oportunidad.
Sin embargo, porque lo conozco y sé que Gabino Barrera es su Malverde de cabecera, este descalabro solo va a servir para ofuscarlo —aún más— y desear que, con las naves, se hunda la tripulación al completo. Javier, a partir de hoy, se queda solo; acompañado, tal vez y solamente, por esas gentes de izquierda a quien tanto fortaleció desde el arranque de su administración, con Lucha Castro y Víctor Quintana a la cabeza.
Los cercanos a él, deberían empezar a meditar con seriedad si continúan subidos en ese tren del arrebato y la egolatría o se bajan en la siguiente estación y empiezan a reconstruir por el bien del Partido, por el bien de Chihuahua y por el bien de México.
La imagen de Nerón tocando el arpa y viendo cómo se consume Roma es la que más le cuadra al primer mandatario chihuahuense; no se equivoquen, se los dije desde hace quince días y se los digo ahora: la persecución oficial y oficiosa va a topar en pared porque no tienen con qué ni en qué sustentarla.
Los ríos de tinta y los chorros de saliva en eso quedan: en nada. Sigue la hora de la verdad y lo que los panistas deben hacer en este momento, por lo menos los panistas de bien, es sumarse, hacer un frente común y ver cómo vencemos al que sí ha demostrado con creces que es un peligro para México: MORENA y el loquito que lo encabeza.
Sé, porque la conozco, que María Eugenia oye, conoce, reconoce y suma; digo, tampoco vayan a creer que después de enlodarse hasta las pestañas en el fango de la calumnia los van a premiar con una Regiduría en Chínipas, pero si gana María Eugenia (y tiene todo con qué hacerlo) habrá espacio para todos. Ya se equivocaron una vez, no hagan del equívoco y la sinrazón un estilo de vida ni de la revancha mal entendida, y peor digerida, la tumba de sus aspiraciones políticas. Es hora de respirar hondo y preguntar: ¿dónde ayudo? ¿En qué trinchera sirvo?
Lo demás, hacerle el juego al Gobernador y a Gustavo Leña de Pirul (por aquello de que no sirve ni p’a arder, nomás para hacer llorar), la actitud de los brazos caídos o de los coqueteos con Loera y cualquier otro Partido o candidato, es una traición al PAN y al quehacer político pues, la política es, por sobre todas las cosas, el arte de lo posible a partir de concebir y conciliar diferencias entre iguales.
No sé quiénes ni porqué votaron por Madero (ni me interesa), pero ustedes saben quiénes son y dónde están. Esta es la oportunidad de mostrar que no son panistas de ocasión. Lo demás es historia.
Hagámosla juntos.
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Luis Villegas Montes.
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