Ilegible metacrónica íntimista…por Javier Quiñones
—UNA VIEJA, UN POLÍTICO Y UN TEATRO—
“La escritura es un arte basado en el artificio.”
Jesús Gardea
Proemio
¿Qué recrea el reportero al cronicar?
Si lo que se cuenta no es ya lo que era antes de contarlo, lo que fue: ¿se desvanece al decirlo?
El dilema lo resuelve el artificio.
Hipótesis verosímil: mediante el arte de su narración espera el cronista –igual como el cuentista– ver mejor lo que somos.
1
Una anciana llega hasta el bote que miro desde la puerta, mira adentro, hurga y me avergüenza no sé bien por qué.
“No pierdas tiempo, abuela, me comí hasta las etiquetas” –pienso.
“Cuando el camión de la basura llega a mi casa ¡pido que me dejen dos botes!” –salva Elías.
Entonces se me ocurren las tres preguntas.
-¿Qué es para usted un nini, señor gobernador?
-¿Hay ninis en su familia, señor Duarte?
-Si no tengo empleo y tampoco voy a la escuela, aunque leo libros casi todos los días: ¿entonces califico para su propuesta, señor?
Duarte me contestará dos antes de alejarse sobre los brazos blandos de un colega.
Sendas parrafadas me espetará el ganadero.
Y una mirada helada.
La última pregunta no la diré, ¿para qué?
“Los chavos que entren al ejército saldrán mejor preparados para el narco” –presume Leo.
Hacia el medio día la ciudad es un infierno.
2
¿Qué se agradecen entre sí los gobernantes?
¿Y por qué los conmueven los aplausos que tanto se prodigan entre sí?
Bajo la carpa montada en la 20 Poniente despliega Duarte una metafísica.
Decenas de soldados, guaruras y reporteros dan fe.
Tres expresidentes le agradecen además de Mata: Jimmy, Rogelio y Memo.
Casi todos los aplaudidores son funcionarios, ex funcionarios y aspirantes.
Ni el artificio de la ósmosis inversa ni el beneficio social son el tema, qué va.
Representa a los contribuyentes un puñado de señoras con cartelones: las esposas de los presos chantajeados con 3,500 pesos a cambio de seguridad.
No la política, sino la metapolítica es lo esencial.
Los aplausos son a la vez la materia y el instrumento que la labra.
Pura tautología del ego.
¿Y qué es ese yo onanista sino la enfermedad más característica de nuestro México?
La patología se deduce de los síntomas.
Uno: Duarte no inventó el agua gay.
Dos: Duarte no pagó la planta de su bolsillo sino del nuestro.
Tres: el gobernador de Chihuahua es un megalómano para Ionesco.
“Platica siempre para que lo veamos platicando” –me digo.
Hacia el mediodía la ciudad es otra vez un desierto.
3
“Ñaque, o de piojos y actores” –anuncia la taquilla.
“Ficción metateatral” –ofrece el programa.
¿Quién actúa si no todos: el público y los actores?
“A la mujer y al melón se los huele mejor por el pezón” -rueda un refrán.
Cuando el experimento suscita ósmosis inversa entre la butaquería y el foro del Teatro de la Ciudad, yo obtengo no agua sino el metarecuerdo de tu mano en mi mano.
Justo entonces, desde el escenario invierte la Nikon que arrastra a Luis también la relación habitual (habrá que ver esa foto).
¿Será todo lo humano un artificio?
¿Y la vieja y Elías y Leo y Luis y el que escribe con mis dedos y tu mano?
En la noche de la calle sólo es real la dulce sombra de tu cuerpo.
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