“VIP”, son siglas que en inglés significan “Very Important Person”. Dicho en español: persona muy importante; y que generalmente se usa para hacer referencia al trato preferencial que se le da a las personas “importantes”.
Una vez aclarado lo anterior, y dejando a un lado que el trato preferencial es cosa de todos los días, en todos lados, y por cualquier motivo; es importante analizar y reflexionar respecto a la impartición de justicia penal -estilo VIP- que se da nuestro país; esto, considerando desde la manera en que aprehenden a los presuntos culpables, pasando por la forma en que se desarrollan sus juicios, y hasta llegar a las condiciones en que viven encarcelados.
Luego de la polémica que ha causado aprehensión de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera –mejor conocido como “El Chapo”-; y después de haber hecho una serie de comentarios -en redes sociales- al respecto, entré en una etapa de reflexión en relación lo que sucederá con él –si es que no se vuelve a “escapar”-.
Más allá de las dudas –de toda índole- que ha generado su captura, está el hecho de que seguramente -y al igual que muchos otros- tendrá un trato VIP.
Si bien es cierto que el trato VIP a los delincuentes “importantes” no algo reciente, también es cierto que no ha habido quien quiera terminar con esa práctica; tan solo por poner algunos ejemplos, recordemos a personajes “importantes” que han sido capturados en los últimos años:
Aunque no se ha sabido mucho de su modus vivendus dentro del penal en el que se encuentra, la forma en que Miguel Ángel Treviño -alias “El Z-40” y líder de los Zetas- arribó a la PGR, causó una serie de reacciones de la sociedad; esto, debido a que no estaba esposado.
Luego de los cuestionamientos al respecto, el procurador Jesús Murillo Karam, explicó que estaba lo suficientemente custodiado, por lo que habría sido un exceso limitar sus movimientos.
Lo anterior no está mal; lo que está mal es que no deja de ser un trato VIP, puesto que la PGR no se ha ocupado de ser garante de los derechos de todos –y por igual-.
Otro claro ejemplo, es el caso de la ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo. En este caso, no hubo imágenes o fotos que documenten el trato que se le dio al momento de su aprehensión o del momento en el que llegó a la PGR, por lo que no hay manera de asegurar que recibió un trato VIP; sin embargo, lo que si se ha sabido, es que goza de un trato preferencial en el penal donde actualmente está “presa”.
Según se ha sabido, a un año de haber sido recluida, no ha pisado ninguna celda; esto, dado que ha permanecido en una habitación privada de la clínica del penal, en la que además goza de una cama de posiciones múltiples, regadera privada, ropa de marca y comida casera.
El caso más reciente del trato preferencial que recibirá -en la cárcel- otra persona “muy importante”, es el del ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, quien por cierto está muy ofendido con la nota periodística referente a este trato.
Según la investigación realizada por un diario de aquel estado, ya casi está lista la celda que se está construyendo especialmente para él, la cual –según el diario- cuenta con dos cuartos de 3×5 mts., pisos de azulejos, un baño completo, mini splits, sistema de televisión por cable, closet con división de cemento y tubo galvanizado para colgar su ropa.
Como lo dije antes, estos no son los primeros -ni los últimos- casos con los que podamos corroborar que en la justicia penal y los “castigos” hay trato VIP.
Por todo lo anterior –y por muchas otras cosas más-, es imposible no imaginar la clase de privilegios con los que será recompensado Guzmán a cambio de no decir todo lo que sabe; esto, independientemente de que sea extraditado -o no- a Estados Unidos.
Total que mientras que la gente “importante” recibe tratos VIP, miles de mexicanos son tratados con “la punta del pie”; de ahí la importancia y urgencia de que hasta en la cárcel haya un trato igualitario. Es obligación del Estado procurar la igualdad para los ciudadanos -en todos los aspectos-, en lugar de seguir avalando los tratos VIP, aunque sean delincuentes de “cuello blanco”.
En esta ocasión, finalizo con un fragmento del famoso discurso “I have a dream”, del religioso y activista estadounidense, Martin Luther King: “Tengo un sueño, un solo sueño: seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas.”
Aída María Holguín Baeza
Correo: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com
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