camino de la consolidación, o el ahondamiento en el abismo, es lo que representará para
Morena la consulta contra personas que han delinquido en el pasado; el partido se enfrenta
a esta realidad y verá si realmente se fortalece o si se viene para abajo.
Este partido político corre el riesgo de perder el capital político que acaba de ganar en estas
elecciones, una votación extraordinaria en la frontera, pero no así en el resto del estado. En
Juárez no solo tuvo una votación importante ya fuera para alcalde, gobernador o síndico,
sino que también fue de las más altas votaciones para una ciudad en todo el país, en el
norte solo superada por Tijuana, pero por encima de ciudades con similares poblaciones
como Mexicali o Puebla.
El fenómeno de Juárez es interesante, ya que nunca en la historia de la ciudad algún partido
había superado los 220 mil votos. En 2016 Armando Cabada, como candidato
independiente a la alcaldía, logró 205,904 votos, algo difícil de igualar. El efecto anti Teto
Murguía fue fundamental para que el hoy diputado plurinominal por Morena lograra esa
votación.
En 2018, el candidato a alcalde Javier González Mocken, que compitió en ese entonces por
Morena, obtuvo 175,756 votos, cantidad similar a la del candidato ganador declarado por el
Tribunal Federal Electoral.
El municipio de Juárez lo ganó Morena en 2021; es un bastión de este partido en el norte.
Al igual que otros, obtuvo votaciones difíciles de igualar: Cruz Pérez Cuéllar, hoy candidato
electo a la alcaldía, sacó 213,073 votos, mientras que la hoy síndica electa, Esther Mejía,
obtuvo 220,930, es decir, más de 7 mil votos que el alcalde.
De manera similar, mientras que el candidato a gobernador por Morena, Juan Carlos Loera,
obtuvo 221,235 votos, la coalición dirigida por el Partido Acción Nacional logró con su
candidata a gobernadora 133,255 y el candidato a la alcaldía por dicha agrupación política,
González Mocken, solo 119,952.
Los números son bastante elevados para Morena, pero aun así no se pudo ganar la
gubernatura pero sí varios puestos de elección popular. El capital político es fuerte, pese a
los conflictos internos y la poca consolidación institucional que no despega después de tres
años continuos de victorias. El ciclo puede empezar a cambiar, cada vez se diluye más el
efecto AMLO y el partido se las tendrá que arreglar sin la figura del presidente de la
república.
Los avances partidarios están demasiado lentos: reuniones y reuniones, consejos estatales
y todo y no hay dirigencia estatal ni municipal, pero sí mucho trabajo por hacer. Viene la
consulta nacional para enjuiciar a expresidentes y funcionarios que delinquieron, pero no
se ve por dónde venga la consolidación partidaria; los resultados de agosto nos dirán si ya
se está avanzando o si viene un retroceso.
Esta falta de consolidación es lo que no permitió a Morena presentarse unida y sólida en la
batalla por la gubernatura, aunque sí logró ganar en Ciudad Juárez, donde es un bastión
en el norte de la república, junto con Tijuana, ahora a esperar que la consulta sea o no
exitosa, esto será el reto a lograr.
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