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La evolución de los servicios médicos del ISSSTE en Chihuahua…por Aída Holguín

Durante toda mi vida, he tenido la -no tan grata- oportunidad de observar la evolución de los servicios médicos del ISSSTE, y es evidente que hay cosas que todavía dejan mucho que desear.
Lo “no grato”, es en dos sentidos.  Por obvias razones, el primero de ellos se relaciona con la propia naturaleza del tema que en esta ocasión nos ocupa; es decir, para nadie es grato tener que acudir al médico, y menos quedarse hospitalizado (con todo y familia -en sentido figurado-).  El segundo, es por lo desagradable que puede llegar a ser la experiencia a causa de una serie de factores relacionados con dicho servicio público.
Antes de continuar, es necesario aclarar que la observación no ha sido como usuaria de los servicios médicos del ISSSTE, sino como familiar directa de 3 ellos; no obstante, desde esa perspectiva también es posible vivir, observar y contrastar la experiencia de terceros, como si fuera propia.
En esta ocasión, y luego de tener que estar -casi de manera permanente- durante 6 días (hasta el momento de terminar de escribir este artículo) en las instalaciones del Hospital General “Lázaro Cárdenas”, fue inevitable volver a observar y reflexionar sobre los elementos que influyen en la calidad de los servicios que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado brinda a los usuarios.
Cierto es, que no hace mucho tiempo se anunció una inversión millonaria para equipamiento y remodelación del hospital “Lázaro Cárdenas”, y que quedan a la vista algunas mejoras.  El problema, es que la mayoría de estas mejoras han sido de carácter estético, olvidando lo más importante.
Sin duda alguna, cuando se trata de prestación de servicios, el factor humano juega un papel fundamental en la calidad de éstos; y tratándose -en este caso- de analizar los servicios hospitalarios, el desempeño del personal médico es un elemento clave que -en gran medida- depende de la infraestructura, equipamiento y suministros para poder cumplir cabalmente con una función que – literalmente- repercute en la vida o la muerte de los usuarios.
Enfocándonos en esos aspectos, se puede decir que -al menos- durante los últimos 40 años, la evolución de la calidad de los servicios médicos del hospital “Lázaro Cárdenas” se ha desarrollado en torno a un preocupante desequilibrio entre dichos factores.
En relación al factor humano, es necesario y justo reconocer que no todo, pero sí la mayoría del personal adscrito al área médica del hospital, tiene las capacidades, habilidades y destrezas profesionales y personales que se requieren para brindar un servicio médico de calidad; sin embargo, es indiscutible que el personal es insuficiente (y además mal pagado) para el número de pacientes que deben atender, y que su productividad se ve mermada por la falta de infraestructura, equipamiento y suministros suficientes y adecuados a la realidad de los servicios de salud que la población (a la que están dirigidos) demanda, y es precisamente ahí donde queda representada la vergonzante “evolución” de los servicios médicos del ISSSTE en Chihuahua.
Dicho en términos generales, siendo un hospital en el que se atienden los casos más graves y urgentes de -prácticamente- toda la entidad, es inaceptable que todavía no cuente con áreas de atención y procedimientos especializados en los que el insuficiente (cuantitativamente) personal médico pueda desarrollar todo su potencial (cualitativamente) y, con esto, estar en posibilidades de elevar la calidad de los servicios médicos.
Por otro lado, encontramos que la mayoría de las instalaciones y suministros para uso exclusivo de los pacientes están en pésimas condiciones y/o son insuficientes, lo cual puede -según sea el caso- provocar complicaciones en el estado de salud de los pacientes o -incluso- poner en riesgo la vida de éstos.
Es difícil que suceda, pero aún queda la esperanza de que los altos directivos del ISSSTE tomen conciencia de lo que sucede “in situ” y dejen querer mejorar los servicios desde la comodidad de un escritorio.  Y mientras que eso sucede, se seguirá confirmando mi teoría de que el ISSSTE y el IMSS ofrecerán servicios de calidad hasta que un usuario (alguien que lo haya vivido y sufrido en carne propia) dirija dichas instituciones.
Finalizo en esta ocasión con lo dicho alguna vez por el orador y escritor estadounidense, Steve Maraboli: “Mira a tu alrededor. Todo cambia. Todo en este mundo está en un continuo estado de evolución  […] No fuimos puestos en esta tierra para permanecer estancados”.
Aída María Holguín Baeza
Correo electrónico: laecita@gmail.com
Artículos anteriores: laecita.wordpress.com

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