La importancia de regular la publicidad oficial…Por Aída María Holguín
FRASEARIO–
Pocas horas después de que, por fin, un considerable número medios de comunicación se unieran (a través de un desplegado titulado “Basta ya”) para repudiar los crímenes contra periodistas; la Red Libre Periodismo de Chihuahua emitió un pronunciamiento para que los medios de comunicación firmantes también impulsen y apoyen una ley que regule la publicidad oficial; esto, debido a que el ejercicio periodístico se ha visto severamente dañado a causa de la discrecionalidad en la asignación de pautas publicitarias por parte de los gobiernos en turno.
Sin duda alguna, el costo de esa discrecionalidad ha provocado el acotamiento del ejercicio periodístico y, de manera indirecta, ha fomentado y potenciado la impunidad en crímenes contra periodistas.
Y es que si se considera que no existe una ley apegada a los principios sobre la regulación de la publicidad oficial y la libertad de expresión (establecidos desde 2011 por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos); es decir, que no existe un instrumento regulatorio concreto en el que se precisen los criterios o lineamientos para la asignación de contratos de publicidad, y que la poca normatividad existente tiene graves fallas de origen; queda claro por qué no ha sido posible garantizar las condiciones que se requieren en el ejercicio periodístico.
Como bien lo ha señalado la Red Libre Periodismo, en la medida que se logre establecer un marco preciso, claro y transparente que debilite el vínculo histórico (entre dueños de medios y gobiernos) que ha facilitado el regateo de información, habrá mayores garantías para que los periodistas salgan a la calle desarrollar su labor informativa.
En relación a lo expresado en el párrafo inmediato anterior, cabe aclarar que, si bien es cierto que desde hace varios años hay organizaciones de la sociedad civil que se han dedicado buscar, analizar, interpretar y difundir datos e información relacionada con los gastos de publicidad oficial; también es cierto que el asunto requiere ir mucho más lejos. Es decir, más allá de transparentar los gastos que en materia de publicidad oficial ejercen las dependencias y entidades, es urgente, justo y necesario evitar que esa publicidad siga usándose como fuente de financiamiento de los medios de comunicación y, por ende, como un instrumento que atenta contra del derecho a la información.
Por otra parte, pero en el mismo sentido, se requiere de ciudadanos que se interesen en defender y ejercer sus derechos. En el caso particular que ahora nos ocupa, participando conjunta y activamente en la exigencia no solo de una estricta regulación en materia publicidad oficial, sino también de la reglamentación correspondiente, con el fin de que ésta funcione como un mecanismo de comunicación confiable entre los gobiernos y la sociedad, y no como instrumento de promoción de la imagen de políticos en el poder.
A modo de resumen, en esta ocasión concluyo con lo dicho por el economista estadounidense, mejor conocido como el padre de la mercadotecnia moderna, Philip Kotler: “La mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos” (y no tiene costo alguno).
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